No Fury (Español)

Ahora: Cuarenta y Dos.

Dos horas después, todavía estoy temblando.

Con confusión, me puse mi vestido después de que María salió furiosa y, a pesar de las protestas de Harry, bajé las escaleras con piernas débiles.

Y ahora estoy aquí, temblando en mi mesa.

No recuerdo como salí del castillo, como llegué a mi casa en el borde de la aldea.

Liam vino a casa con pan fresco y me encontró cortando zanahorias con el final de un cuchillo sin filo. Terminándolo por mí, me sirvió medio litro de cerveza e hizo que me sentara mientras él terminaba de cocinar.

Derramé guiso en mi delantal, casi boté nuestra cena mientras la llevaba a la mesa, y apenas podía levantar mi cuchara hacia mi boca. Al dulce Liam no parece importarle.

Talvez asume que estoy soñando despierta.

Talvez asume que es una cosa que le pasa a todas las mujeres embarazadas: en algún punto, nos volvemos torpes y temblorosas y mudas.

Coloco mi cuchara a la par de mi tazón, y lo miro al otro lado de la mesa.

Mi pánico está aumentando, arañando mi espíritu dentro de mí; inquietante. Si no lo saco de mí, seguramente me volveré loca. Es solo que no sé por dónde comenzar. ¿Le confieso lo que pasó? ¿Primero le pido que me explique todo lo que me dijo Douglas? ¿Me excuso, y voy donde Mary en su lugar?

En verdad, necesito sentir el control de las decisiones que estoy tomando. He elegido verme con Harry en la cabaña de James. Le he pedido que fuera duro conmigo. Acepté casarme con un hombre que no amo, para que la aldea piense que el niño que cargo es de Liam.

No puedo sentir control si realmente no entiendo las decisiones

—Es hora —le digo a Liam.

Su cabeza se levanta de donde tiene metida la mano en su cena. Sus ojos se abren como platos. —¿El bebé-?

—No —digo tranquilamente, inclinándome hacia adelante. —Es hora de que me digas porqué te casaste conmigo. Quién era para la que verdaderamente estabas destinado.

Necesito respuestas. Necesito claridad. Necesito saber lo mucho que hemos errado, y a quién he puesto en peligro, y es aquí donde necesito comenzar.

Mi pecho zumba por la película de pánico de huir de los cuartos de Harry, lejos de María y su furia.

No me importa lo que ella puede hacerme a mí. Solamente me importa como ella puede herir a Harry. Ella comparte su casa. Ella comparte sus comidas. Ella tiene el acceso a él que nadie más tiene —ni siquiera yo.

Liam limpia su boca con su ropa, y recuesta su espalda en su silla. —¿Por qué esta tarde? ¿Qué ha pasado?

Honestidad a cambio de honestidad: —María nos vio.

—¿Los vio...? —Sus gruesas cejas levemente se levantan en entendimiento.

—... En la cama del príncipe.

Liam gime, colocando su cabeza en su mano ahuecada. —Catie.

—Lo sé. —Inclino mi cabeza, avergonzada. —Fue espantoso.

Él toma varias respiraciones profundas y luego murmura —Está bien. No te estamos protegiendo de María, y lo más probable es que Harry no sea el primer príncipe en tener una amante. Pero es insensato que sea visible a cualquiera. Si no estás aquí conmigo, ¿cómo puedo protegerte?

Otra pieza de información cayó en frente de mí sin ninguna razón, sin contexto. Me inclino más cerca, intentando descubrir que es lo que está pasando.