Ahora: Sesenta y Dos.

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¡Hola chicas! Estoy aquí de nuevo! Lamento haberme tardado tanto pero a como les había dicho, estaba enferma (aun lo estoy un poco y aun no tengo compu :c) pero gracias a todas por sus buenos deseos! Son lindas todas! :*

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Puedo sentir a Harry estudiarme después de que regresamos a la cabaña. Él me ve rebanar algunas manzanas para guardarlas. Él me ve barrer. Él me sigue de habitación a habitación, llevando una sonrisa curiosa.

Está trabajando en unir todo esto, en ver que está en frente de su rostro, y sí, algo lo está. Él pudo entrelazar nuestros dedos y mirar las cicatrices allí.

Pero el algo más grande va en la espalda de su abuelo a través del bosque. Ambos tenemos que ser pacientes hasta al anochecer.

Me dedico a las cosas de la casa y me las arreglo para estar ocupada para no romper mi propia regla y llevarlo de nuevo al cobertizo para devastar. Pero Harry no tiene ningún remordimiento, robando besos en el pasillo, apretándome contra la pared.

—Sé que estamos jugando un juego importante, —él dice, rozando sus dientes contra mi mandíbula. —Pero estoy terriblemente distraído el día de hoy.

Y a pesar de que no es un juego, es nuestra vida que quiero que recuerde, no quiero que pierda esta alegría. Las últimas dos horas han estado llenas de tensión y necesidad; él está intentando tanto hacer lo que le he pedido, para complacerme.

— ¿Distraído? —susurro, fingiendo no saber.

Salgo de debajo de sus brazos, volviéndome para correr por el pasillo, chillando mientras sus pies cojos se arrastran detrás de mí.

Me agarra en la cama en el único y pequeño dormitorio, atrapándome debajo de él y mirándome. Sus caderas presionadas a las mías, su sonrisa levemente desapareciendo.

—Hola, Harry —susurro, aguantando una sonrisa.

Hola, Catie. —Su sonrisa regresa y él se inclina, besándome una vez más. Y solo con ese toque, mi sangre se convierte en fuego. —Cariño, —él dice, serio nuevamente, —necesito preguntarte unas cuantas cosas.

Asintiendo, recorro mi mano por su estómago, por su pecho. Su corazón golpea pesadamente bajo mi palma.

— ¿Por qué haces una mueca cuando digo tu nombre?

Mi sonrisa cae. Es solo ahora que él lo ha preguntado que me doy cuenta que es verdad. Cada vez que me llama Catie, alguna lesión se produce profunda en mi pecho, y reflexivamente tira hacia adentro.

—No es así como me llamabas, eso es todo.

— ¿Cómo te llamaba?

Niego con mi cabeza, acariciando sus labios con mis dedos. —Hay solo unas cuantas cosas que no te daré. Una de ellas es mi nombre.

—Enloquecedora mujer. —Él exhala con un bufido a través de su nariz, levantando su cabeza para mirar a la pared de enfrente antes de mirarme a mí. — ¿Saben los otros que estábamos enamorados?

Asiento. —Antes de la guerra, James sabía. Y mi hermana. —Liam, María, Douglas. —Y varios más. —Y ahora, todos saben. —Más saben ahora.

Esto no parece molestarle. Los ojos de Harry parpadean una y otra vez entre los míos, necesitando respuestas con una desesperación que puedo ver plenamente en su rostro. — ¿Cómo pude esconderlo siquiera? —él pregunta. —No puedo hacer nada más que mirarte siempre que estás en la misma habitación que yo.

Esto me hace reír. —Siempre éramos de esa manera. Estoy segura que ambos éramos terribles fingiéndolo.

Él sonríe un poco, dibujando círculos ausentes en el hueco de mi garganta. — ¿Era un buen amante para ti?

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora