Ahora: Sesenta y Ocho.

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Casi inmediatamente empezamos a sentir el grave frío del cuarto. El viento aúlla a través de las grietas entre las piedras. El frio emana de debajo de nosotros. Y todo se siente tan quieto.

En voz muy baja, Liam murmura: —Buscaré al enterrador. Nosotros... nosotros los moveremos.

Con un rollo en mi estómago me volteo, apretando el niño a mi pecho mientras hago mi camino hacia la puerta. Tengo que pasar a Douglas para llegar allí, y mi corazón está atado en nudos mientras cuidadosamente bajo la escalera ventosa.

Puedo escuchar la caída de pasos en mi estela, la tos silenciosa de Niall y las preguntas necias de Catroina. No puedo filtrarla a ella, sin importar cuan duro lo intente.

¿Quién lo tomará?
No tengo cuarto para un huérfano.
Podría ofrecérselo a Nell.
Aunque ella tiene cuatro.
No puedo imaginarme a alguien queriendo a este, ¿eh?

—Catroina —Zayn sisea, pero gentilmente. —Cállate, mujer

Llegamos al rellano, y Harry coloca una mano en mi espalda. — ¿Quieres acostarte?

Niego con mi cabeza. —Necesito a Anne.

Pero justo en ese momento —no sé qué es, o que le pasa a mi cuerpo— empiezo a temblar violentamente y no puedo parar. Comienza justo en mi pecho y se irradia hacia al exterior, tirando de mis extremidades incontrolablemente.

El pánico es un puño alrededor de mi corazón palpitante, apretando el aire de mis pulmones.

Mi hija.
Mi hija.

La necesito conmigo, inmediatamente.

—Harry —jadeo. —La necesito.

Mis dientes se golpean, el aire sale de mi cuerpo en astillas afiladas. Rapidamente, Harry toma al niño de mis brazos antes de que lo bote.

—Catroina —Harry le dice a la partera, y ella lo mira con grandes y oscuros ojos. —No le hables de esto a nadie.

Ella retrocede justo lo necesario para alcanzar el irrespeto. —No me atrevería.

—Estoy siendo serio —Harry dice tranquilamente, elevándose a su altura completa. Sus palabras son tan pesadas y con significado que fácilmente se acarrean en el espacio entre nosotros. —El hablar de que presenciaste será considerado una traición.

—Estoy feliz de que esté muerta —Catroina contesta, con la barbilla levantada —Solo a hubiese salvado para...

Harry hace una mueca, y luego la detiene con un pequeño movimiento de su mano. —Déjanos.

—El niño... —ella murmura, señalando al niño.

—Regresa a casa, Catroina —Harry gruñe, su paciencia acabándose. —Nosotros decidiremos que hacer con el niño. Estamos agradecidos por su ayuda, pero te debes ir. Ahora.

Zayn se adelanta anticipadamente para escoltarla, pero con sus hombros encorvados, Catroina ya corre por el segundo tramo de escaleras.

Con una persistente y preocupada mirada, Harry se voltea y le levanta su barbilla a Liam. — ¿Irían a buscar a Anne a la cabaña? Quiero que Cath se acueste.

Sin dudar, los tres hombres se voltean para seguir estas órdenes, pero Harry los detiene con un silencioso: —Esperen.

Volteándose expectantes, ellos lo miran y luego respetuosamente dirigen su atención al suelo.

—Antes de que se vayan... —Harry empieza en un murmuro silencioso, y luego se detiene. Levantando una mano, él frota su rostro, y puedo ver debajo de sus dedos cuan pálido se ha puesto.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora