Ahora: Cuarenta y Ocho.

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Acurrucados en chales y mantas, caminamos penosamente hacia la puerta principal. La masa de soldados reunidos allí parece infinita.

Los caballos relinchan y pisotean su descontento por haber sido embalados todos juntos tan cerca mientras el ejército se reúne. El sonido de la armadura y escudos resonando unos con otros es áspero. Los sollozos de esposas e hijas es un pulso rítmico en el patio.

Liam se sienta encima de su caballo, inspeccionando tranquilamente a sus hombres. Él me mira, y a Mary a mi lado, asintiendo una vez.

Mi hermana se dobla por la mitad, colapsando a mi lado. Conozco este dolor que ella siente: es como si ella está siendo cortada por la mitad justo desde debajo de sus costillas.

Galopando hacia el ejército y sentado encima de su gran corcel marrón, Harry circula por las masas, gritándoles: —¡Hombres! Lo que les he pedido es un sacrificio más allá de cualquiera que han conocido. ¿Están listos para esto?

Un resonante — ¡Sí, mi Señor!

—¡Marcharemos a sus campamentos!

¡Sí!

—¡Masacraremos, seremos despiadados, seremos victoriosos!

Los vítores son ensordecedores.

—¡Vengaremos a mi padre! ¡Vengaremos a nuestros soldados! ¡Vengaremos a las mujeres que hemos perdido!

Rugidos: hacen vibrar mis huesos.

—¡Regresaremos a casa con más tierra...

Los soldados vitorean, salvajemente agitando sus espadas en el aire.

—...más espadas, más caballos...

Gritos: perforan fuertemente el cielo de la mañana.

—...y nunca más nos enfrentaremos a este demonio!

Ahueco mis manos encima de mis oídos, mirando al amor de mi corazón mientras su caballo camina orgullosamente en frente de las masas.

—¿Están conmigo, hombres?

¡SI!

—¿Están listos, mis muchachos? ¿Somos fuertes?

—¡SÍ!

— ¿Somos brutales?

— ¡SÍ!

Harry gira su caballo: el corcel está tirando de las riendas, ansioso de galopar.

Con una sola mirada encima de su hombro, Harry mira mis ojos directamente, sin parpadear.

Escucho sus palabras como si las hubiera hablado:

Te amo.
Regresaré a ti.

Tengo fuego por corazón; polvo por huesos. Mi sangre se ha ido de mis venas.

Y luego, mientras mira mis ojos, él agarra su espada y la empuja en el aire.

Él está diciendo: Sobreviviré esto.

Nunca he visto a este hombre antes. Lágrimas corren como una tormenta de verano por mi rostro.

Volteándose, él arranca las puertas con un rugido, por el largo puente, encima de la nieve derretida, y dentro del campo.

Una masa negra lo sigue; las pezuñas son atronadoras. El polvo se levanta como una ola del suelo hacia el cielo.

Durante el mayor tiempo que puedo, me sostengo a la vista de él en el frente, y luego mientras es tragado en el medio protector de las bamboleantes, polvosas masas. Estoy segura que ese es él, pienso, mirando su forma volviéndose más pequeña y pequeña.

Allí, ese es él, todavía lo veo.

Él está en esa área, justo allí, en el medio.

Él está por algún lugar en esa masa, protegido.

Él está en esa parte allí, ese grupo que aún no ha desaparecido alrededor de la curva...

Me inclino sobre mis dedos, buscando locamente.

Ya no puedo ver más a ninguno de ellos.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora