Ahora: Veintiocho.

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Mary me ayuda a llegar a mi cama, pone un paño frío sobre mi frente.

En los siguientes dos días, apenas puedo contener dentro un sorbo de caldo, ni hablar del pan o la cerveza.

—Solamente un niño puede tenerte de esta manera. —Mary susurra, regresando de la taberna para cuidarme —Enferma todo el día.

Asumo que se refiere a un corazón roto, pero luego presiona una mano sobre mi vientre.

—Te llevaré donde Catroina cuando la noche caiga.

Miro hacia ella, mi mente lenta a seguir.

Catroina, la partera.

Mi estómago cae.

Claro.

Claro.

—Oh, Dios —gimo, abrumada en un instante por la abrasadora miseria y la brillante alegría.

—Todo estará bien, Catie. Yo cuidaré de ti.

~~

Me despierto con el sonido de la voz de mi hermana en la cocina, justo afuera de nuestros cuartos.

—Ella está bien —ella susurra. —Pero sé que él está listo. ¿Has visto su rostro cuando él la mira?

—Lo he hecho —Da coincide, la confusión haciendo su voz más aguda. —¿Pero no quieres casarte antes de que tu hermana menor tome un esposo? Niall es un buen partido para ti. Él es tranquilo, y fuerte. Es el mejor orden de las cosas.

—Quiero a Catie arreglada pronto —ella dice, gentilmente. —Y Niall no debería estarse preocupando acerca de una nueva esposa mientras su madre muere.

—¿Hay algo que no me estás diciendo, Mary Josephine? ¿Está bien Cathryn?

—Sí, Da —ella miente, y se cómo odia hacerlo. —Catie está bien. Liam tiene una casa propia pasado el campo. Tiene veintidós. Es guapo y cuidará de ella. La primavera está casi por terminar. Déjala casarse ahora. Yo me casaré en otoño.

—Llevaré a tu madre allí en la mañana —él dice, con alguna desconocida tristeza coloreando su voz. Quizá de saber que su hija está bien y que de verdad se irá de casa.

Mary regresa a nuestro cuarto, trepando a la cama conmigo.

—Está arreglado —ella susurra, tirando de mí hacia ella.

Me acurruco en su pecho, agarrando su vestido mientras los sollozos rasgan a través de mí.

Estoy agradecida.

Estoy destruida.

—Quédate despierta, cielo. Necesitamos ir esta noche donde-

—No quiero ir aún —digo en la tela de su vestido. —No quiero que nadie además de ti sepa hasta que él se entere, también.

Escucho su boca abrirse y cerrarse en sorpresa, palabras formándose en su cabeza, pero no dejándolas salir.

—Él me ama —contesto antes de que me pregunte.

—Él siempre te ha amado.

Me hago hacia atrás para mirar a su rostro. Sus ojos azules son luz en la oscuridad.

—¿Tú sabías?

—Sospecho que la mayoría lo ha notado.

—¿Saben los otros que nosotros-?

—No —ella me interrumpe. —Nunca.

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora