Ahora: Setenta y Cuatro.

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He usado botas y medias gruesas bajo mis faldas, pero aun el frío se cuela debajo, frígido contra mi piel.

El bultito en mis brazos duerme; él es tan bueno. Envuelto en manta tras manta, solo puedo orar que Robin se mantenga cálido y calmo para este viaje. O, al menos, hasta que estemos fuera de los terrenos del castillo.

Caminando de un lado a otro, espero por Zayn. He venido temprano, incapaz de dormir. Anne está en la aldea, durmiendo con mis padres. Ellos han pedido tiempo una y otra vez para tomarla, solo por una noche... fue lo suficientemente fácil hacerlos creer que esto era por su beneficio, y no para poder escabullirme por varias horas en la oscuridad de la noche, con otro niño en mis brazos.

Zayn viene temprano también, y se mira como si ha tenido tanto sueño como yo.

Él cierra la puerta del establo, acercándose a mí en la tranquilidad silenciosa.

— ¿Estás segura?

Es todo lo que él dice. No Buenos días, Mi Señora. No Estás loca por hacer esto.

—Hemos pasado por tanto —digo, en vez de contestar, y se sorprende cuando me acerco hacia adelante con una mano, presionándola encima de su corazón. Este tipo de tacto no es algo que una futura reina hace.

Es algo que una amiga haría.

—Así es —él dice, poniendo una mano encima de la mía.

—Quiero terminar con ello —susurro. —Quiero que toda esa pesadilla se acabe.

Él asiente una vez, ojos luminosos clavados en los míos, antes de retroceder para buscar nuestros caballos.

Zayn les coloca las sillas de montar en silencio, y el único sonido alrededor de nosotros es el golpe de cuero contra cuero, el suave tintineo de hebillas. Robin duerme en mis brazos, labios gruesos y abiertos mientras respira. Necesito alimentarlo al menos una vez en el camino, pero espero que pueda durar el mayor tiempo posible, porque puede haber otro tiempo antes de que sea alimentado de nuevo.

Desearía saber cuánto tiempo será.

Algo se aprieta en mi garganta. Pánico o incertidumbre, pero lo empujo. Esta es la única manera de asegurarle una buena vida a Anne, y es la única manera de que haya una posibilidad de una buena vida para Robin.

Salimos debajo de una capa de oscuridad. Aun no es el amanecer, tampoco el negro más oscuro de la noche. Zayn ha escogido los caballos más rápidos por encima de los silenciosos, y el mío exhala ruidosamente por el frío, relinchando en protesta. Acercándose para calmarlo, Zayn descansa una gentil mano encima de su nariz, callándola. Premiándola con un pequeño trozo de manzana del bolsillo de su abrigo.

Él ha pensado en todo, parece.

Con una pequeña mirada hacia la aldea, hacia donde Anne duerme entre mis padres, subo a mi caballo, acomodo a Robin en mis brazos y tomo las riendas con una mano.

Una patada a los lados, y mi yegua sale, galopando más allá de las puertas, con Zayn y su corcel a nuestros talones.

Si alguien se despertara ahorita, serpia por el sonido de pezuñas y luego el asentamiento de la grave y el polvo. Nadie sospecharía que sería su futura reina cabalgando lejos del castillo. Lo más probable sería un granjero cabalgando para checar en los cultivos, tal vez. Un soldado patrullando antes del amanecer.

Estamos más allá de las puertas.
Estamos alrededor de la curva, y fuera de vista.
En menos de dos millas, estaremos más lejos fuera del reino de lo que he estado jamás.

Mi imaginación hace cosas salvajes mientras el viento golpea mis mejillas. ¿El mundo se mira de esta misma manera más allá? ¿Crecen los arboles más altos, está el cielo más cerca de la tierra?

No Fury (Español)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora