Surviving to a Broken Heart {JDBM y tú}

Capítulo 107.

Ya todas estaban listas y lo que restaba era ponernos en manos de la experta en "make up" Katelynn.

Amé lo que veía en el espejo cuando reflejaba mi rostro, había sido exactamente lo que quería, suerte que Kate me haya entendido, quería que se resaltaran mis ojos para que llamara la atención en la primera fila y conseguir al menos una mirada desde arriba del escenario, pero no quería parecer un payaso con tanto polvo en mi cara.

A las diez todas corrieron escaleras abajo al escuchar que sonaba el timbre, de seguro eran los chicos a menos que mamá haya pedido delivery. Dejé que mis amigas y mi hermana fueran a abrir, en cuanto a mí tenía la intención de hablar con Jason antes de salir hacia el recital.

Marqué aquel número que me sabía de memoria en mi iPhone y esperé a que respondiera. Tercer tono de llamada.

"Usted se ha comunicado con el celular de Jason Deeps, en este momento no puedo responder, deje su mensaje después de..." corté.

Contestadora, ¡genial! Ya se me había hecho costumbre escuchar el tono automático de su voz en la contestadora... creo que mi sol personal se encontraba demasiado ocupado detrás de espesas nubes como para poder hacerme llegar algunos rayos. Suspiré sonoramente mientras miraba el techo de pie a un lado de la cama.

***: ¿_______(ta)? (Escuché a mis espaldas, era Justin que se asomaba por una abertura de la puerta)
Tu: Hola Justin. (Saludé al darme vuelta)
Justin: Los chicos quieren saber si ya vas a bajar. (Entró dejando la puerta entreabierta y me miró de pies a cabeza a un par de metros de mí) - ¿Te dije que te queda lindo el blanco? (Le sonreí)
Tu: Sí, me lo dijiste. (Recordé una mañana de lluvia en el que él me había hecho una visita, al tiempo que me acercaba y guardaba mi teléfono en el bolsillo del chaleco)
Justin: Ok, me equivoqué... no te queda lindo. (Metió sus dedos en los bolsillos delanteros de sus jeans, ladeé mi cabeza, no lo había entendido) - Te queda precioso.
Tu: (Sonreí y sentí sonrojarme levemente) - Gracias Justin.
Justin: De nada. (Me regaló la más hermosa de sus sonrisas, me pregunté cuando se había convertido en un ángel) - ¿Todo está bien? (Preguntó, quizás por la manera que me había encontrado al entrar)
Tu: Sí, todo bien. (Mostré una sonrisa que no estaba segura de que haya sido del todo sincera)
Justin: Ah, es que te vi cortando el teléfono. (Se acercó un poco más)
Tu: No fue nada... sólo quería hablar con Jason, pero por lo visto está ocupado. (Se puso un tanto serio, parecía reflexionar) - Por cierto, desde hace tiempo tengo la curiosidad de saber qué te dijo en el aeropuerto antes de irse. (Levantó su rostro de repente) - Es que... no parecía que se llevaran muy bien.
Justin: Jeje, eso no importa. (Guardó silencio un instante con la vista en el piso) - Es un gran chico. (Concluyó)
Tu: De eso no hay duda. (Sonreí) - Andás muy misterioso últimamente. (Me miró y se rió por lo bajo)
Justin: ¿Te parece? (Volvió a reír y miró el reloj) - ¿Vamos? (Hizo un ademán con la cabeza)
Tu: Claro.

Ambos salimos de la habitación en silencio, no pude evitar mirarlo de reojo mientras bajábamos las escaleras... se veía... perfecto.

Siempre cualquier prenda blanca sobre su piel hacía que resaltaran sus ojos por sobre todo y esta noche podría jurar que tenían un brillo especial, pero pude concluir que sólo había sido mi imaginación.

Saludé a Christian y a Ryan que estaban esperando debajo del auto rosa de patente "Fabulous" mientras que las chicas ya habían subido. Me ubiqué entre Ry y la puerta trasera derecha, acompañada por Cait, Chris y Brooke, adelante iba la siempre feliz pareja "Kastin", y partimos. En el stéreo sonaba... ¡Miley Cyrus! Era como una especie de previa o un repaso de las letras de las canciones, como si ya no las supiéramos todas.

El recital se haría en uno de los estadios más grandes de California, a una distancia considerable de casa, unos quince minutos en auto. A un par de cuadras se podía ver la gente amontonándose en los alrededores. Kate estacionó a "Fabulous" una cuadra antes ya que más adelante no se podía circular en auto por la cantidad de gente agolpada.

Caminamos, ellos de la mano de sus respectivas novias y yo... con las manos en el bolsillo, que dicho sea y de paso, me estaban sudando de la emoción, hasta llegar a la fila que nos correspondía por las entradas que habíamos comprado o, en mi caso, me habían regalado. Al recordarlo comencé a mirar por todos lados como si fuera capaz de reconocer el rostro de un admirador secreto del que nunca tuve la menor descripción, no sabía siquiera cuántos años tenía... aunque recordé que Thomas una vez me había dicho que era grande, ¡Genial! El noventa por ciento de los chicos de California eran grandes, a excepción de algún que otro como Christian e.e

La fila comenzó a avanzar recién minutos antes de las once y muy rápidamente, todo era cosa de entregar la entrada a un tipo que fácilmente alcanzaba el metro noventa y parecía un gorila vestido de negro y que inspiraba cierta intimidación, quien cortaba una parte del papel grueso que era nuestra entrada y se la quedaba.

Nos ubicamos en nuestro lugar y al levantar la vista quedé en completo estado de idiotez, al observar tal escenario, era enorme, lleno de cables, cosas colgando de los hierros que formaban un arco a unos diez metros de altura, varios hombres también vestidos de negro se movían ajustando los últimos detalles, como ser los micrófonos y tres bancos detrás de ellos.

El lugar estaba que no entraba una aguja, era gente y más gente en el campo y en las tribunas.

Eran las once cuando todas las luces del estadio se apagaron dejándonos sólo iluminados por la pequeña luz de algunos celulares y otros objetos que vendían en la entrada. Caitlin, que estaba a mi izquierda me agarró fuerte del brazo y ahogó un grito, estaba segura que su otra mano hacía pinza con el brazo de Ryan, a mí en particular había dejado de circular sangre segundos después.

De repente se escucharon los acordes de una guitarra eléctrica y comenzó a sonar "Party In The USA". Todos gritamos como condenadas cuando las luces rojas comenzaban a dibujar la figura de tres chicas en lo alto de una plataforma.