Capítulo 7

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-Toma asiento Isilion.- indicó Thranduil la silla frente a la suya.

-La hija de Seregon me recuerda a Lothíriel, me parece que Eilinel puede llegar a desarrollar el don de la clarividencia, igual que mi hija. No obstante, debe ser adecuadamente entendido y encaminado; de otro modo podría convertirse en una maldición. Fue lo que pasó con mi hija, aunque procuramos instruirla, sin éxito debo agregar, las visiones se transformaron en una tortura sin tregua que le drenaba la energía vital, incluso Ilmen y yo llegamos a temer por su vida. Realmente nunca supimos proteger a Lothíriel, sin embargo, ella encontró la forma de confinar su don.- expuso meditabundo el Consejero Real.

-¿Quién podría protegernos de nosotros mismos?- reflexionó el Rey recargando el brazo sobre la silla y llevándose la mano a la sien.

-He venido a continuar con la conversación que iniciamos en el Consejo, si me permite.- anunció Isilion ante la mirada examinadora de Thranduil.

-Este espíritu errante del crepúsculo desea escuchar lo que tienes para decirme.- sentenció el monarca recordando la etiqueta empleada por el Consejero Isilion.

-Tari meletyalda (Majestad), debo advertirle que será un contenido difícil o incluso doloroso.- explicó Isilion con sus ojos grises puestos en los del Rey Elfo.

-Continua- ordenó Thranduil gravemente.

-Como sabrá, el Rey Oropher y la Reina Amanthil, lograron sitiar la fortaleza de Dol-Guldur donde se reproducían los sirvientes de Sauron diseminándose por el Reino del Bosque y tierras aledañas. Durante mucho tiempo combatieron a los orcos, trasgos, huargos, huruk-hai, arañas y murciélagos que envenenaban nuestra tierra y a nuestro pueblo. A su madre le fue concedido el don de la clarividencia, el cual, encauzó para poder prever los planes del enemigo y neutralizar sus efectos. Pero para ello debía escrutar en el mal y, a causa de eso, su alma era; por momentos, trémula.

La Reina Amanthil volvióse melancólica, temerosa y solitaria; su madre estaba menguando, el Rey Oropher desesperado desistió de la lucha contra el enemigo para concentrar sus energías en salvaguardar a la Reina, fue cuando el Bosque Verde fue infectó gravemente y los elfos casi perdimos las esperanzas. Entonces su madre tuvo una visión, una que desvanecería las penumbras en su corazón y, que le anunciaba la llegada de su hijo. La Reina volvió a florecer y se convirtió en una poderosa luz que volvió a franquear la lobreguez.

Gracias al amor de la Reina Amanthil, el Rey Oropher fue capaz de descubrir y potenciar su poder protector sobre el Reino del Bosque. Creo que su padre no era consciente de su don de guardián, aun cuando guiara y amparara a los elfos silvanos desde las tierras de Beleriand hasta el Bosque Verde. Me atrevería a comparar ese halo de protección con el que desplegara en su tiempo Melian la maia en el Reino de Doriath. Con el resurgimiento de los reyes, los elfos volvimos a enfrentarnos a los vasallos de Sauron, logramos replegarlos hasta la fortaleza de Dol Guldur, lugar en el que, los poderes conjuntos de sus padres consiguieron quebrantarlos y sanear el bosque.

Los reyes fueron conscientes que el mal sólo había sido paliado y, por lo tanto, tarde o temprano éste despertaría. El amor, es la explicación que encuentro para entender los dones de sus padres...amor de pareja, de padres, de reyes y protectores. El Reino del Bosque Verde prosperó y los Reyes fueron bendecidos con la llegada de su primogénito que vino a vigorizar ese amor.

-Hîr vuin Thranduil (Mi señor Thranduil) ¿cómo murieron sus padres?- investigó seriamente Isilion.

-Lo sabes tan bien como yo ¿cuál es el punto?- indagó el Rey Elfo que había escuchado con atención las palabras de Isilion, aunque por momentos, parecía ausente.

LÓBREGA PRIMAVERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora