-Deseo verlo, por favor.- manifestó Lothíriel con los ojos enrojecidos por el llanto.
-Por ahora, ha pasado...- dijo acongojado Mithrandir. –Podrás verlo, sólo te pido que cuides de ti.- agregó enjugando gentilmente las lágrimas de los ojos de ella.
-Lo haré.- acordó la noldorin que corrió inmediatamente fuera de la habitación. Los guardias reales parecían confusos y preocupados. Vorondil custodiaba la habitación donde había permanecido la elfa, al verla, la siguió junto al agotado mago gris. Lothíriel abrió cuidadosamente el portón de roble, el rey estaba siendo acomodado en la cama. Nimphelos y Anardil, acomodaban las sábanas limpias y colocaban los suaves cojines detrás de la cabeza del soberano. En el suelo estaban revueltas las frazadas empapadas de sangre. Radagast estaba de pie a un costado de la cama con un cuenco entre las manos, su semblante era pálido y sudoroso. Cuando observó a la elfa acercarse le dedicó una cálida sonrisa y se apartó para reunirse con Mithrandir en el recibidor de la habitación.
-Aran vuin Thranduil, im gelir ceni ad lin (Amado Rey Thranduil me alegro de verte nuevamente).- expresó Lothíriel besando la frente del inconsciente soberano. Thranduil yacía cubierto por las sábanas blancas, su cabello dorado caía encima de los hombros y pecho, sobre sus ojos un paño humedecido sanaba sus quemaduras. Respiraba lenta y profundamente, su rostro estaba inexpresivo, sus extremidades inmóviles. –No debes preocuparte, tu pueblo está unido y organizados superaremos esta tempestad.- agregó.
Lothíriel se levantó y se acercó a los presentes. –Debemos repartir las lembas entre nuestro pueblo.- apuntó decidida.
-Me encargaré de ello.- dijo Vorondil entregándole una lemba para ella y el Rey Elfo.
-Gracias.- respondió Lothíriel regresando junto a Thranduil.
Anardil y Nimphelos habían terminado de asear los aposentos del rey. Mientras Ereb mezclaba concienzudamente diferentes tónicos que servirían para la curación del monarca. Después de unos instantes abandonaron la habitación, elfos e Istari se sentían agobiados. En el pasillo, los miembros de la Guardia Real y la Guardia del Bosque se acercaron para preguntar sobre el estado de salud del soberano y ponerse a disposición en caso de que pudieran hacer algo más por él.
Los primeros rayos del sol matinal iluminaron la estancia, sacando de su ensimismamiento a Lothíriel, el rey seguía en la insensibilidad, los magos habían regresado a la habitación, con unos frascos y cuencos entre las manos. Continuarían con la sanación de Thranduil.
-Mithrandir, Radagast mauya nin avánië (debo irme).- dijo Lothíriel sin despegar su mirada del rey.
-No creo que sea una buena idea.- aseguró Radagast preocupado.
-Ayudaré en la búsqueda de reservas para mi pueblo y el del Valle, éstos últimos son la responsabilidad que Aran Thranduil me encomendó. Debo cumplir con ello.- indicó ahora observando a ambos magos. –Además ustedes están aquí y sé que velarán por él.- añadió con una sonrisa sutil.
-Prometiste que cuidarías de ti.- recordó Mithrandir.
-Lo haré. Volveré más tarde.- manifestó la elfa.
-Que la gracia de Ilúvatar te proteja.- dijo Lothíriel al oído del monarca. Le tomó la mano y los dedos de él se movieron ligeramente.
Lothíriel salió apresurada de los aposentos, saludó gentilmente a los guardias, corrió hasta su casa, antes de llegar se asustó ante la intempestiva aparición de Elmoth frente a ella.
ESTÁS LEYENDO
LÓBREGA PRIMAVERA
FanficPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.