Capítulo 79

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El consejo siguió deliberando por varias horas más. Se entrevistaron a varios guerreros y se les exigió mayor precisión a la información proporcionada por ambos capitanes. La reina permaneció también en la reunión, analizando con detenimiento la situación y pensando en posibles formas de solucionar la afrenta.

Cuando finalmente se levantó la sesión, la reina salió de la Sala del Consejo y se dirigió a los aposentos reales. Cuando abrió el portón se encontró con el rey sentado sobre el sillón, bebiendo una copa de vino, la miró cuando entró.

-Hîr vuin (Mi señor)- se acercó la reina, sentándose en el sillón que se encontraba frente a él.

-Mi señora.- respondió el rey, llevándose la copa y bebiendo un largo trago.

Lothíriel lo miró un momento, notó la frialdad en su mirada.-Se entrevistaron a otros guerreros que estaban en las cercanías donde Seregon y Anardil aseguraron haberte visto hacer aquello a los cadáveres. Al menos, tres de ellos negaron que eso hubiera sucedido, es más, cuando se llevaron los cadáveres para incinerarlos, aseguraron no haber encontrado rastros de heridas en el pecho.- informó la noldorin.

El rey bebió todo el contenido del vino, se levantó para llenar su copa. –Ciertamente, si fue que lo hice no me preocupa, lo que me inquieta es la duda que se instaló en mí, cuando los capitanes mencionaron aquello. Mis recuerdos no son claros al respecto.- aseveró fríamente Thranduil, mirando de reojo a Lothíriel, que seguía sentada y pensativa. –Creo que no hace falta que lo diga, pues creo que ya lo habrás deducido, pero en fin: sin duda fueron las fuerzas de Sauron las que arrasaron esos pueblos, dejaron y mantuvieron con vida a algunos desafortunados, empleando sortilegios oscuros, previendo nuestro arribo o el de Celeborn, con el objetivo de manipular a nuestros guerreros y generar conflictos internos que pudieran, en determinado momento, desembocar con el asesinato de Celeborn o el mío.- analizó, y se llevó la copa a los labios.

Lothíriel se miró un momento las manos. –Coincide plenamente, sin embargo, ¿cómo Sauron se anticipó a ese movimiento?- permaneció un par de minutos en silencio, volvió la vista al monarca que estaba frente a ella, con una extraña sonrisa en su rostro. Entonces ella dio un respingo y se levantó del sillón. –Sabías que Celeborn tenía la intención de viajar a esas tierras, y dejaste que Sauron lo viera en tu mente, sabiendo que podría ser manipulado en tu contra, y entonces podrías obtener ventaja en las relaciones con Lothlórien.- concluyó la reina, incrédula ante lo temerario de la acción.

Thranduil le acarició el rostro con el dorso de la mano, pero ella se alejó. – ¡Thranduil ha sido muy arriesgado, pusiste en peligro a Lord Celeborn y a los guerreros, y a ti mismo!- expresó alterada la reina.

-¿En verdad es eso lo que te molesta?- indagó el rey dejando la copa sobre la mesa y acercándose a la reina. -¿O es el hecho de que no te haya compartido esa información?, ¿o probablemente que sea capaz de transgredir "los buenos oficios" en pos de los intereses del reino?- analizó el monarca, quedando de frente a ella.

Lothíriel sabía que Thranduil detestaba las falsas pretensiones, pero sobre todo la soberbia creencia, misma que muchos eldar enarbolaban, de sentirse ajenos a las tentaciones del poder, la guerra, la corrupción, los placeres y las pasiones. Sintió su mirada evaluándola, pero estaba vez su proximidad le produjo, no aquella sensación cálida y arrebatadora, sino fría y acechante. –No soy ajena a ninguna de esas preocupaciones, sin embargo, ¿hasta dónde debemos permitirnos llegar en la consecución de un objetivo?- analizó la reina, que sintió la caricia del rey sobre hombro.

LÓBREGA PRIMAVERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora