-¡Mi pierna! ¿Qué pasó?- gritaba Ivorwen ahogada en llanto, al percatarse finalmente que su pierna rota había sido desprendida por las mandíbulas del orco durante su escape del granero.
-¡Basta, basta! Escúchame, estamos vivos y si queremos seguir estándolo no podemos perder la cabeza. Además debes guardar energía, la necesitarás para recuperarte... debemos llegar con los sanadores, necesitas ayuda con urgencia.- aseveró el centinela mirando la horrible herida de la joven.
-¿De qué serviré así? Seré una carga...- continuaba llorando amargamente la joven pelirroja.
-Serás lo que quieras o lo que ten convenga ser. La mujer que escucho ahora no parece coincidir con la que mis compañeros conocieron durante la emboscada...- dijo el elfo seriamente.
-¡Qué! ¿Qué harías tú en mi lugar, cómo te sentirías?- reviró aturdida Ivorwen.
-Supongo que me sentiría miserable por un tiempo, pero sin duda, buscaría otra forma de serle útil a mi pueblo y a mí mismo.- aseguró el elfo mirando a la pelirroja a los ojos.
Ivorwen se quedó en silencio meditando las palabras del elfo mientras se masajeaba la pierna y volvía a recostarse.
-Po otro lado, es alentador que tengas el ímpetu para hacer una rabieta...- aseguró el elfo con una discreta sonrisa en los labios.
-Gracias... por ayudarme.- dijo la chica que volvió a dormir para no sentir el intenso dolor.
El elfo observó entre las rocas el pueblo del Valle, estaba completamente destruido, las llamas aún devoraban algunos sitios y de otros sólo el humo era testigo de lo que alguna vez hubo allí. Los orcos, aunque en número reducido, aún deambulaban entre los escombros, más allá en las zonas aledañas a los refugios podía distinguir un gran número de cuerpos de orcos sobre el suelo. Pronto debía aventurarse a llegar a uno de los refugios, ya que la mujer necesitaba ser atendida por un sanador, antes de que el envenenamiento producido por la mordedura se extendiera por todo su cuerpo.
*
El árbol empezó a vibrar, la elfa se asustó, miró hacia abajo, los orcos talaban el abeto y éste se balanceaba. Lothíriel de inmediato se colocó al bebé en la espalda, el árbol estaba por caer, así que, saltó hacia una rama de la que apenas consiguió sostenerse, los orcos gritaba excitados ante la posibilidad de atrapar a la elfa, ella logró asirse del tronco y se deslizó ágilmente a través de los árboles hasta que consiguió confundir a aquellas criaturas. Lothíriel sabía que debía pelear y ahora que habían perdido su rastro era la oportunidad de un ataque sorpresa, dejó al bebé sobre una de las toscas ramas y bajó del árbol. Se encaminó silenciosamente, desenvainó su espada, se ocultó tras un tronco, en cuanto los escuchó atacó velozmente y volvió a desaparecer. Los orcos desconcertados miraron hacia todos lados, la elfa volvió a asestar un nuevo golpe mortal y se esfumó. Uno de los orcos la divisó y le propinó una patada en la espalda arrojándola varios metros, la elfa se incorporó muy adolorida esperando la embestida, los orcos se abalanzaron, ella los enfrentó valientemente hasta que finalmente los venció y herida se desplomó sobre la tierra.
*
-¿Qué haremos?- preguntó uno de los sanadores a otro elfo en el campamento de la arboleda.
-Creo que debemos esperar... no sabemos si más de esas bestias llegarán, además aún hay orcos en el pueblo.- explicó el elfo.
-Tienes razón pero no podemos esperar durante mucho tiempo además creo que deberíamos buscar a Lothíriel, Ivorwen y el guía.- expresó el sanador.
-Lo haremos pero debemos dejar que el día transcurra... me preocupa aquella tropa de orcos que pasó de largo, me atrevería a asegurar que se dirigen al Bosque Verde.- dijo el elfo observando a su alrededor con consternación.
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LÓBREGA PRIMAVERA
FanfictionPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.