Capítulo 22

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-¿A dónde va?- preguntó Ivorwen al ver de pie junto al ventanal a Lothíriel.

-Oh, lamento haberte despertado. Me gustaría salir a caminar pero temo que no podré hacerlo a menos que me escabulla.- explicó Lothíriel mirando a la entrada de la sala de sanadores, donde se encontraba apostado el guardia que la vigilaba.

-No comprendo ¿por qué no puedes salir libremente?- curioseó la chica de cabellos rojos sentándose a la orilla de la cama.

-Abandoné el reino pese a que estaba prohibido hacerlo y se me juzgará.- explicó Lothíriel acercándose a Ivorwen.

-Pero lo hizo para ayudarnos...- dijo sorprendida Ivorwen.

-Es más complejo que eso y toda acción tiene sus consecuencias.- mencionó la elfa mirando hacia el ventanal.

-¿Cómo piensa salir de aquí?- cuestionó la joven observando hacia todos lados de la sala.

-He atado las mantas y las emplearé para salir por el extremo del ventanal. Sólo necesito distraer al guardia.- explicó Lothíriel.

-Creo que puedo ayudarle con el guardia. ¿Cree poder lograrlo, está bastante alto?- apuntó Ivorwen tomando las muletas.

-Sí, lo haré. Regresaré a la cama para arrojar las sábanas, gracias.- mencionó Lothíriel mientras se preparaba para su escapada.

Ivorwen se levantó y tambaleante se movió por el pasillo en cuyos costados estaban las camas en las que dormían las convalecientes personas de su pueblo. Se acercó hasta la entrada y fue interceptada por el guardia.

-¿Qué pasa?- preguntó el elfo.

-Quisiera pasear un momento por el pasillo, no puedo dormir.- mintió Ivorwen.

-Eso no es posible, lo siento. Si deseas puedo mandar llamar a un sanador.- mencionó el guardia.

-Por favor ¿qué podría hacer yo en mi condición? Además usted estaría vigilándome.- apuntó la pelirroja poniendo su mejor cara entristecida mientras veía su pierna de la que había sido desprendido su pie. En ese instante de duda en el que el elfo miraba hacia el corredor exterior, Lothíriel aprovechó para arrojar la cuerda, hecha con las mantas, por el ventanal.

-Amin hiraetha (Lo siento), regresa a tu cama e intenta dormir.- indicó el elfo de larga cabellera oscura.

-De acuerdo...- dijo con expresión decepcionada, cuando se giró para retirarse, fingió resbalarse, tiró una de sus muletas y el elfo rápidamente se agachó para sujetarla evitando así que se estrellara contra el piso.

-¿Manen natye? (¿Estás bien?)- preguntó el elfo, sin embargo, se encontró con la mirada confusa de la chica.

-No entiendo... gracias por ayudarme.- dijo la mujer de revueltos rizos rojos. En ese instante Lothíriel se escurrió por el ventanal, aferrándose a las mantas que había atado a las patas de la cama, sin embargo, éstas no eran lo suficientemente largas para llevarlas hasta el piso, así que, se soltó cayó sobre la nieve, se sacudió un poco y se colocó la capucha de su túnica.

-¿Estás bien?- averiguó el elfo levantando a la joven mientras le entregaba sus muletas.

-Oh sí, he sido torpe es todo.- respondió Ivorwen acomodando las muletas para regresar a su cama.

LÓBREGA PRIMAVERADonde viven las historias. Descúbrelo ahora