Al menos cuatro días habían pasado desde que Amond y sus hombres desaparecieran. Vorondil había ido recobrándose paulatinamente, gracias a la fortaleza innata del pueblo eldar y, claro, a los dedicados cuidados del viejo e Ivorwen. Aunque aún había fracturas y heridas por sanar, los hematomas y el envenenamiento habían sido curados exitosamente.
Se habían conducido con absoluta discreción evitando levantar sospechas, beneficiados también por el desconcierto que prevalecía después del agresivo movimiento telúrico.
-¿Vorondil crees que esta es la mejor opción?- preguntó Ivorwen, refiriéndose a la idea de permanecer como prisionero.
-No sé si es la mejor opción, pero es la única que se me ocurre.- respondió el elfo que respiraba un poco adolorido.
-¿Sientes mucho dolor?- preguntó la pelirroja preocupada.
-No tanto, como el hecho de estar encerrado. Necesito estar en contacto con la naturaleza eso apresurará el proceso de sanación.- explicó el elfo, acomodándose contra la pared de madera.
El anciano permanecía junto a la mesa haciendo los emplastes y pócimas para el elfo. –Quizá podamos hacerlo, siempre y cuando actuemos con cautela. Por las noches el pueblo está desierto... si lo deseas podemos intentarlo.- señaló.
-Sí, necesito hacerlo...- aseguró Vorondil, intentando incorporarse poco a poco, lo cual, sólo consiguió con la ayuda de ambos. Cuando estuvo de pie se sintió mareado y profundamente adolorido pero no le importó, su esencia le demandaba contactarse con la naturaleza y tranquilizar su agitada mente.
El anciano cubrió al elfo con una larga y gruesa capa, también le proveyó una infusión contra el dolor. Posteriormente salió a escudriñar la situación en el pueblo, era una noche clara y con un viento fresco, sospechosamente silenciosa. No advirtió peligro inminente y decidió volver a la casa.
-Creo que pueden salir ahora... toma creo que esto te ayudará.- el curandero le entregó un báculo para que pudiera ayudarse a caminar. –Procuren no alejarse demasiado, mientras tanto yo permaneceré vigilante y silbaré en caso de que crea necesario que vuelvan de inmediato.- explicó el viejo abriendo la puerta.
-De acuerdo...- accedió Ivorwen ayudando a Vorondil. Salieron por un hueco en la parte trasera de la casa, mientras el anciano salía por el frente como una especie de señuelo en caso de que alguien estuviera observando.
Vorondil e Ivorwen se encaminaron al interior del bosque hasta donde encontraron un espectáculo de luciérnagas, que sobrevolaban con su luminosidad reflejada en el pequeño espejo de agua que corría silenciosamente entre las raíces de los árboles. Ambos se quedaron allí un momento contemplando en silencio hasta que el elfo se tocó el costado y respiró con dificultad.
-Creo que podemos sentarnos aquí.- dijo Ivorwen, señalando un montículo de hojas secas a espaldas de un enorme árbol. Vorondil asintió y cuidadosamente se dejó caer entre la gruesa raíz. Ivorwen se sentó a su lado observándolo con atención.
-¿Llegué demasiado tarde, no es así? Amin hiraetha Ivorwen (Lo siento)...- expresó, mirando la tristeza en los ojos verdes de ella.
La joven bajó la cabeza... -¿Cómo podríamos saber lo que sucedería? Lo importante es lo que vamos a hacer ahora.- señaló agarrando la mano fría de él.
-Vorondil, no lo entiendo, ¿por qué dijiste que ha sido desterrado?- averiguó Ivorwen interesada.
-Desobedecí órdenes directas del rey, siendo el Capitán de la Guardia del Bosque fue una falta grave y se decidió desterrarme del reino. Lo que significa que...- hizo una pausa, observó las luciérnagas, suspiró y volvió los ojos a Ivorwen. –Es una decisión irrevocable, no podré volver al Bosque Verde, ni seré acogido por ningún refugio eldar... estoy ahora por mi cuenta, pero no me siento solo estando contigo. Así que no me arrepiento de haber tomado este camino.- señaló, besando el dorso de la mano de ella lo que provocó el sonrojo de la chica; lo cual, lo hizo esbozar una sonrisa.
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LÓBREGA PRIMAVERA
FanfictionPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.