Después de llegar a su despacho, el Rey del Bosque demandó la presencia del Consejero Real Lenwë, solicitándole que reuniera a su pueblo para hacerles un anuncio. El consejero se retiró para cumplir con la orden. Thranduil atendió a algunos elfos que habían pedido audiencia, posteriormente dedicó un tiempo para autorizar algunas peticiones y analizar otras.
Cuando rasgaba la pluma sobre el pergamino, su vista se nubló un poco, masajeó ligeramente sus ojos y volvió a concentrarse. De pronto, una severa sensación de ansiedad le produjo un mal presentimiento, dejó en el tintero la pluma y, al inclinarse, unas gotas de sangre proveniente de sus ojos impregnaron el documento. El rey se llevó inmediatamente las manos a la cara, cuando las retiró la sangre escurrían copiosamente. Se dirigió a la pila para lavarse, sin embargo, el agua estaba teñida de escarlata. Volvió a su despacho y, sobre el piso, estaba una inscripción en lengua negra que decía: "tus lágrimas sangre serán y, tu espíritu en la oscuridad agonizará". El Rey Elfo sintió la furia recorrer su cuerpo.
Por el pasillo real se dirigían al despacho: Lothíriel, Anardil y los guardias. Pronto percibieron una ligera vibración bajo sus pies, enseguida una ráfaga de energía los derribó. El resto del pueblo élfico también sintió la notable agitación que se expandió vertiginosamente por todo el Bosque Verde, hasta llegar a la zona sur; donde parte de la fortaleza de Dol Guldur se derrumbó, levantando un nubarrón oscuro que, cubrió como una espesa nata tóxica aquella parte del bosque.
Lothíriel reconoció la energía del Rey Elfo, se incorporó rápidamente y corrió por el pasillo. Anardil y los guardias la siguieron de prisa. –¡Daro Lothíriel! (¡Alto Lothíriel!)- gritó el Jefe de la Guardia Real, entonces levantó la mano para que los vigilantes apostados en el pasillo la detuvieran.
-Por favor, permítanme entrar, necesito ver a Aran Thranduil.- pidió Lothíriel, cuando fue interceptada por un par de guardias. –Anardil todos sentimos esa poderosa energía y creo saber de dónde ha provenido.- explicó la noldorin, con preocupación en sus ojos.
El guardia real examinó el rostro de la elfa y no detectó argucia alguna. Así que hizo un ademán y los vigilantes le permitieron el paso. Corrió hasta alcanzar el portón del despacho real, respiró profundo y abrió cuidadosamente. Los escoltas permanecieron detrás de ella expectantes. Al entrar, Lothíriel percibió la cólera y la lobreguez convivir en la estancia. Thranduil estaba de pie, inmóvil con la mirada fija en el piso frente a él.
-¿Aran Thranduil?- dijo Lothíriel, evaluando al monarca que no se inmutó ante su presencia.
*
Tenía la espada bien aferrada, mientras recorría cautelosamente la marquesina de la fortaleza de hierro. Se agazapó cuando escuchó un chirriante sonido provenir de dentro y, aguardó un poco. El silencio volvió al lugar. Al llegar al borde de un ventanal con barrotes de hierro desvencijados, se asomó; el sitio estaba oscuro, húmedo y maloliente. Se introdujo pegándose a la pared y aguzando todos sus sentidos. El calor aumentaba conforme se adentraba, el sudor que se deslizaba por su rostro le nublaba la vista y la empuñadura de la espada se resbalaba de su mano. Un penetrante olor a azufre le picó los pulmones, dificultándole la respiración...
*
-Aranya Thranduil, im Lothíriel (Mi Rey Thranduil, soy Lothíriel)- musitó la elfa acercándose poco a poco al soberano que permanecía impávido. Los guardias se miraban desconcertados unos a otros.
*
Al siguiente paso su pie resbaló, perdió el equilibrio y apenas logró asirse de la cornisa para evitar caer hasta un infernal torrente de lava que, corría peligrosamente por debajo. No había reparado en su presencia hasta ese momento, miró hacia allí y su espada flotó por unos instantes hasta que se fundió. Se balanceó precariamente para intentar subir, no obstante, una sombra de poderosa presencia apareció, no podía distinguir su rostro pero sabía que si aquello tenía ojos, éstos estaban puestos en él. La presencia levantó lentamente el brazo, un destello luminoso lastimó los ojos del elfo. Cuando pudo ver nuevamente, distinguió lo que parecía una brillante joya, de la misma luz de la estrella de Eärendil, engarzada a una flecha tensada por un enorme y tosco arco...
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LÓBREGA PRIMAVERA
FanficPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.