Al alba el mago gris cabalgó raudo con dirección al Valle de Rivendel, donde Lord Elrond le estaría aguardando. El mago llevaría las noticias de los últimos acontecimientos acaecidos sobre el Bosque Verde y Su Señor. Quería aclarar sus enredadas hipótesis, intercambiar y analizar información. Era el momento para idear una estrategia que no sólo paliara los efectos de las ofensivas de la oscuridad, sino que atacara de raíz su origen y para ello debían proteger el curso de las vidas de aquellos que en un futuro serían pieza clave en dicha misión.
*
Lothíriel, los soldados y Belthil cabalgaban a gran velocidad, no se habían detenido, pese a los cuantiosos obstáculos producto de la agitación del Bosque Verde. El frío era muy intenso y aunque no había nevado en algunas horas, el viento levantaba una fina capa de nieve que humedecía sus ropas. El bosque estaba por demás silencioso, los animales invernaban, los ríos y cascadas se habían congelado ensordeciendo su canto. Los árboles disfrazados con el manto blanco parecían dormir a la espera de una nueva estación en la que lucirían sus más espectaculares galas.
Durante el viaje los pensamientos de la elfa se volcaron completamente hacia el rey, ella deseaba con todo su corazón su pronta y completa recuperación. Le hubiese complacido quedarse con él, velar sus noches y atender sus malestares. Le producía culpa haberse marchado, sin embargo, ella no era sanadora y aunque lo procurara con esmero no haría sino alentar otras actividades urgentes que debían llevarse a cabo. Así es, el Rey Thranduil le había asignado aquella responsabilidad que ahora le alejaba de él, no obstante, era una forma eficaz de aminorar las tareas y preocupaciones del monarca; una manera indirecta de ayudarlo tal vez. Al menos le reconfortaba aquél pensamiento.
Su conducta ausente y taciturna preocupó a sus compañeros de viaje que constantemente querían saber si se encontraba bien. A lo que ella respondía con una tímida sonrisa y asintiendo. No obstante, no era la única en aquél estado, el Embajador Belthil también cabalgaba absorto en sus pensamientos, aunque era un hábil jinete en varias ocasiones estuvo a punto de caer del caballo. Durante su viaje encontraron algunos frutos que fueron recolectando mientras los animales descansaban o tomaban agua.
Desde su salida del palacio, Lothíriel se percató de la presencia del ciervo, los había seguido ocultándose entre el bosque pero siempre pendiente del destino al que se dirigían. En una de las noches que se detuvieron a descansar, la elfa, fue a su encuentro. El animal se recostó sobre su regazo, proveyéndola de un agradable calor que le permitió descansar. Por otro lado, Belthil comenzaba a presentar signos de fatiga e hipotermia, por lo que, los soldados y la elfa tuvieron que intervenir para ayudarlo a sobreponerse.
El paisaje era espectacular cuando atravesaron las Montañas del Bosque Verde, sus cimas cubiertas de nieve blanca que contrastaba con el intenso azul del cielo invernal y, en algunos casos, rodeadas por niebla que ocultaba sus picos más altos. Atravesaron el Camino del Bosque Viejo sin contratiempos, acamparon en algunas ocasiones. Lothíriel aprovechaba las noches para caminar por el bosque, el cielo era hermoso completamente despejado y salpicado de radiantes estrellas. Cuando la luna hacía presencia, su luz blanquecina iluminaba el bosque y el camino de los viajeros.
En un par de ocasiones el grupo fue detenido por los guardias del bosque, los cuales, informaron sobre el estado que guardaban los alrededores e hicieron sugerencias sobre los caminos más transitables rumbo al pueblo de los hombres del bosque. Aseguraron no haber tenido reportes de ninguna criatura extraña o manifestación oscura. Los viajeros prosiguieron con su camino hasta que acamparon en la ribera del río, estaban próximos a su destino. Decidieron afinar los últimos detalles sobre los temas que habían de tratar y los términos bajos los cuales se llevaría a cabo la negociación. El Embajador Belthil representaría los intereses de su pueblo y Lothíriel del suyo. Sabían de antemano que no sería una misión sencilla, los hombres del boque eran duros y curtidos por los años de enfrentarse a los embates de la oscuridad que se instalara en el sur del Bosque Verde; habían internalizado un gran resentimiento contra otros pueblos de hombres que no habían acudido a su auxilio. Sin embargo, entre sus miembros había hombres y mujeres juiciosos que habían logrado entablar una cordial relación con los elfos, así que, a ello debían apelar.
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LÓBREGA PRIMAVERA
FanfictionPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.