Estaban aproximándose a la entrada del pueblo del Valle, la comitiva que acompañaba la carreta había seguido el camino sin que el resto de los miembros les hubiese dado alcance. Pretendían llegar lo antes posible para iniciar las gestiones. Desde el ataque de los orcos el camino había transcurrido en aparente calma, sin embargo, los elfos permanecían todo el tiempo alertas ante cualquier suceso.
Cabalgaron hasta que pudieron divisar las casas construidas con madera, paja y adobe. La comitiva se detuvo momentáneamente para evaluar el paisaje y peinar la zona. El lugar parecía desierto, silencioso y triste, además no pudieron apreciar señales del enemigo, así que decidieron reemprender la marcha para ingresar al pueblo de los hombres.
Las casas estaban distribuidas por una planicie no muy extensa, rodeada por árboles y nutrida por un río caudaloso. La población estaba en crecimiento, en su mayoría integrada por jóvenes, dirigida por los miembros más viejos y letrados. La gente del pueblo del Valle procuraba la autosuficiencia, esto es, el cultivo de la tierra, la cría de ganado, la caza y el intercambio de mercancías con elfos y enanos. Además era un pueblo que se había tenido que defender de los embates de las fuerzas oscuras en diferentes ocasiones, provocando pérdidas irreparables.
Los elfos ingresaron con reserva por una especie de arco construido con madera y piedra en el que podía leerse el nombre del pueblo. El lugar estaba extrañamente silencioso, ninguna persona cercana podía verse, una atmósfera de lobreguez podía respirarse en aquel sitio. Algunas de las casas daban la impresión de estar abandonadas desde hacía mucho tiempo, había algunos animales muertos y otros en estado deplorable que vagaban por el lugar. Los elfos descendieron de los caballos para comenzar a examinar el sitio.
Entraron con sigilo a las casas más cercanas, lo que encontraron allí les estremeció, un par de cuerpos yacían sobre el suelo entre las cosas revueltas, por el estado de descomposición parecían llevar ya algunos días muertos. Los centinelas necesitaron cubrirse la nariz y la boca para atenuar el olor putrefacto. Se acercaron a los cadáveres y pudieron ver varias heridas que presumiblemente les habrían provocado la muerte; inmediatamente empuñaron las espadas y salieron de aquella casa para reunirse con los otros elfos que habían ido a averiguar a otro espacio.
Se reunieron cerca del camino principal del pueblo, los elfos habían encontrado otros cuerpos que no parecían tener herida alguna, por lo que supusieron habrían fallecido por la enfermedad que azotaba a los hombres. Los sanadores y centinelas continuaron inspeccionando las casas, las cuales, daban la impresión de haber sido saqueadas. Por los estrechos caminos que circundaban el pueblo localizaron más cadáveres, los elfos comenzaron a sospechar que la gente de aquel lugar había sido atacada, probablemente por la cuadrilla de orcos que los había emboscado. Quizá, después de todo, habrían llegado demasiado tarde.
Los guardias fueron reuniendo los cadáveres en el camino principal para después cavar un foso y sepultarlos. Los sanadores se dirigieron hacia la casa de mayor tamaño, al entrar pudieron distinguir una pequeña sombra que desapareció en las escaleras que conducían al sótano. Rápidamente bajaron las escaleras y fueron amenazados por varios hombres de aspecto enfermizo, detrás de éstos un numeroso grupo de mujeres, niños y ancianos se refugiaban. De pronto, un hombre pelirrojo lanzó un grito para que el resto de los suyos se detuvieran, había reconocido a los elfos del Bosque Verde.
-Marilmanna (Bienvenidos a nuestra tierra) y gracias por atender a nuestro llamado de auxilio.- anunció el hombre pelirrojo.
-Venimos de parte del Rey del Bosque Verde a ofrecerles nuestra ayuda.- explicó uno de los sanadores.
-Hannon le meldor (Gracias amigos). Mi nombre es Belthil embajador del pueblo del Valle.- se presentó el hombre de aspecto sumamente delgado y demacrado que parecía sólo estar sostenido por la esperanza.
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LÓBREGA PRIMAVERA
FanficPorque aún de la más infranqueable oscuridad obtenemos algo. Relato inspirado en las obras del Profesor J.R.R. Tolkien. Agradezco a EAMANENUMENESSE por el diseño de la portada para esta historia.