123. ¿Me dejas quedarme? |Nash Grier|

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Cuando se conoció con Nash, creía que él sería uno más de la lista. Parte del grupo de hombres que la ayudaban a distraerse de lo triste y horrible que fue su vida.

Jamás iba a olvidar a aquel bar en el que se conocieron; él llevaba una camisa a cuadros abierta y una camiseta negra. Sus típicos pantalones negros rotos. Jamás iba a olvidar la manera en la que él fue a sentarse a su lado y decirle que le sorprendía que una chica lleve tres cervezas y siga sobria. Jamás iba a olvidar que no se acostó con él esa misma noche.

Nash tan sólo la acompañó a su casa con la intención de ser caballeroso. Y fue en ese momento que ella deseó no haberlo dejado acompañarla.

Esa noche, en su cama, se prometió no volver a verlo.

Rompió su promesa, cuándo tres días después Nash fue a golpear su puerta. Rompió su promesa cuándo ese día fue a dar un paseo al parque con él.

Meses después, abrió los ojos y vio que él seguía a su lado; entonces se dio cuenta de que Nash no sería uno más de la lista. Meses después, mientras lo observaba dormir a su lado. No pudo evitar que una sonrisa se le escapara.

Nash abrió los ojos y ella supo que él era su perdición.

[•••]

—¿Me crees si te digo que antes me había dejado mi pelo casi por mis hombros? —la muchacha negó riendo.

—¿A lo Harry Styles? —bromeó ella.

Nash soltó una carcajada.

—Si, mas o menos —asintió y miró su vaso.—Voy a pedir otro trago. Ahora vuelvo —le besó la mejilla y se levantó de la banqueta en la que estaba sentado.

Ella analizó el lugar con la mirada; Nash había tenido la idea de salir y volver al bar dónde se conocieron.

De repente un chico se sentó dónde Nash estaba antes. Ella lo miró confundida.

—Hola. ¿Me recuerdas? —el chico le preguntó sonriendo.

La muchacha lo veía conocido. Analizó las posibilidades y abrió su boca para responder.

—S-si —mintió afirmando con la cabeza.

No lo recordaba en verdad, pero estaba casi segura de que se había acostado con él, justamente un par de noches antes de conocer a Nash.

—¿Cómo me llamo? —le cuestionó él subiendo una ceja.

Ella se quedó en silencio.

—Hum... —tragó en seco.

—Kyle, me llamo Kyle. Fuimos a mi departamento, ¿lo recuerdas? —ella soltó el aire que estaba conteniendo.

—Si, si, lo recuerdo —asintió.

—¿Qué te parece volver allá? —le volvió a sonreír con autosuficiencia.

La joven comenzó a sentirse mal.

—La verdad, estoy con alguien y estaba sentado dónde tu lo estás ahora, asique te agradecería si te levantas y... —Kyle la interrumpió.

—Oh, vamos, por favor. ¿Acaso eres una zorra de una noche? —se rió en su cara.

—Por favor, vete —le pidió ahora más enojada.

Imaginas | Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora