140. Sin Ti |Aaron Carpenter|

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—¿Qué estás haciendo? —preguntó Mike frunciendo el ceño.

Aaron lo miró, asustado. Su amigo se rió y se sentó a su lado.

—Puedes avisar, ¿sabes? —se quejó el pelinegro tratando de no mirar siempre a la misma persona mientras Mike se sentaba a su lado en las gradas.—Se supone que nos ibamos hace 10 minutos.

—Pero no nos estamos yendo, estamos aquí mirando a... —señaló a la muchacha con la cabeza.

—Solo estoy haciendo tiempo, y no la estamos mirando a ella, estamos mirando y ya —dijo ahora dejando de mirar el entrenamiento de hockey sobre césped, dirigiendo su vista a las porristas.

—Ajá, como si mirar en general fuera lo que más amas hacer —se rió.—Pero debemos irnos, Aaron, ya es tarde —tomó su mochila y mientras se incorporaba se la colgó al hombro.

—¡A ti se te hizo tarde! —le recriminó imitándolo.

Antes de regresar al estacionamiento dio una última mirada al entrenamiento que realmente le prestaba atención y cuando vio que la muchacha estaba, al parecer, mirándolo (era la única persona en las gradas, claro que lo miraba a él) corrió detrás de Mike.

—Deberías hacerle saber que existes, ¿sabes? No es una porrita, quiere decir que tiene corazón —razonó un poco su amigo.

—No podría presentarme frente a su casillero con una sonrisa y decir "¡Hola! Soy Aaron y me gustas mucho, ¿tienes la tarea de Biologia?" —bromeó tratando de aligerar sus propios nervios.—Es estúpido creer que va a considerarme una persona, es decir... mírame.

—Oh, vamos, no sientas pena por ti mismo, ¡sé hombre! —le golpeó el pecho y no dijo nada más.

Michael abrió su auto con sus llaves y entró del lado del conductor. Aaron se sentó a su lado y tiró su mochila al asiento trasero.

—Es más, si tiene novio voy a ser un meme andante —dijo volviendo a recordar la conversación.

—Si tuviera novio nadie la invitaría a salir —le respondió negando.—Solamente debes dar el primer paso, el universo hará el resto —se encogió de hombros.

[•••]

—Hola —dijo parándose frente al casillero de Aaron, tomándolo por sorpresa y paralizándolo.—Ahm... Esto va a sonar raro, pero... te he visto en clase, en Biología. Y me pareces muy... lindo e interesante —sonrió nerviosa.—También te veo cuando miras las prácticas. Y bueno, me gustaría saber si quieres salir en una cita conmigo algún día —se sostuvo el brazo con su mano, esperando una reacción.

El pelinegro estaba congelado, ¿acaso esto era un chiste? Seguramente había sido Mike. Ese idiota le pidió a la muchacha que le haga esa broma.

Cuando volvió a la realidad, lo primero que dijo hizo que se ruborice de la vergüenza.

—¿Me hablas a mí? —se quiso golpear en la cara.—Es decir, yo...

—Claro que te hablo a ti —se rió ella apenas.—Se que es un poco intimidante el que venga así a tu casillero sin siquiera decirte mi nombre, pero realmente quería hablarte —aseguró un poco sonrojada.

Aaron suspiró sin creerlo aún.

—No necesitas decir tu nombre, sé quién eres. Y me sorprende que hayas tenido el valor de hacer lo que yo no pude, porque vengo pensando hace mucho cómo podía acercarme a tí —le dijo, haciéndola sonreír más amplio.

—¿Entonces es un si? —alzó una ceja.

—Yo debería preguntar eso —rascó su nuca, nervioso.

Imaginas | Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora