126. Por Ti |Jack Gilinsky|

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Abracé mi almohada, mientras mis lágrimas llegaban a mi boca y me hacían sentir su sabor salado, aunque yo tenía un sabor amargo en la boca.

Mi mejor amiga me abrazó fuerte, mientras yo lloraba con más intensidad.

¿Por qué él tenía que ser el primer chico por el que lloraba?

—Por favor, deja de llorar que me harás llorar a mí —me pidió con la voz un poco quebrada.

—Lo odio —dije entre llanto.

Sollocé como tres veces seguidas.

—No amiga, ahí te equivocas... Lo amas demasiado —afirmó segura de sus palabras.

—Es que no entiendo... Ni siquiera lo intentó —volví a sollozar.

—Yo tampoco lo entiendo —negó.—Por tí debería haber movido cielo y tierra para poder volver a estar juntos...

—Es decir... Yo tampoco hice las cosas bien cuando comencé a salir con Kendall, pero... Si me amaba tanto, cómo él decía, ¿por qué no intentó recuperarme? —comencé a jugar con los volados de mi almohada.

—No lo sé, cariño —acarició mi cabello.—Te juro que si ahora estuviera frente nuestro se lo preguntaría...

Preguntarle. Eso es.

—Voy a ir a hablar con él —me separé bruscamente de su abrazo y me levanté de la cama, tirando la almohada en ella.

Me metí en el armario con las preguntas de mi amiga detrás de mí.

—¿¡Qué diablos crees que haces?! ¿Acaso te has vuelto loca? —repetía una y otra vez, histérica.

Busqué un pantalón de algodón y alguna remera deportiva. Luego me coloqué mis zapatillas y rápidamente tomé una sudadera.

Hice una rápida coleta en mi cabello mientras salía del armario.

Se había levantado de la cama y me estaba esperando frente a la puerta.

—¿¡Eres siquiera conciente de lo que estás por hacer!? —supe que, si se le presentaba la oportunidad, me abofetearía para hacerme reaccionar.

—Tengo que hablar con él y preguntarle por qué me ha hecho esto —sollocé.—No sólo él me ha dejado sola, sino que Kendall me odia ahora también —traté de calmarme.

—A tí lo que no te gusta es estar sola —me reprochó.—Kendall te dejó porque eres una histérica que no sabes lo que quieres... Jack no tiene la culpa.

—¡Claro que la tiene! Porque si él no hubiera creado el rumor de que yo le enviaba mensajes diciéndole que deseaba regresar Kendall no me hubiera dejado —fruncí el ceño.

—Pero si tu fuiste la que comenzó a dudar si lo seguías queriendo o si comenzabas a sentir algo por Kendall... —la miré mordiéndome la mejilla interna.

No dije nada más, la esquivé y salí de mi habitación, mientras en mi mente solamente quería reclamarle todo a Jack.

—¡Ni siquiera has notado que está lloviendo! —me exclamó cuando yo estaba saliendo por la puerta principal.

Volteé a verla y estaba en las escaleras, a punto de bajar. Rápidamente tomé las llaves del auto.

—Me da igual —respondí y salí de mi casa, cerrando la puerta a mis espaldas.

Imaginas | Magcon BoysDonde viven las historias. Descúbrelo ahora