—Si ti li dicis —me burle de ella.
—Tonta —Golpea suavemente mi hombro. —Disculpa, no sé en qué estaba pensando cuando lo hice —Se avergonzó.
Me agrada su forma de ser, aunque sea algo rara, pero eso dejaba mucho que pensar de ella.
Emily es una chica muy diferente a Nicholas. Me sorprendí cuando supe que eran hermanos. Ella es muy reservada, educada, tranquila, sensible. Y él muy arribista, liberal, inquietó, insensible; son dos polos opuestos.
¿Pero quién dice que todos los hermanos son iguales? Siempre está la oveja blanca y la negra. Hasta los gemelos son diferentes, pueden ser físicamente iguales pero sus personalidades son opuestas. Es lo que hace que cada persona sea única.
Si estoy loca al pensar esto deberían golpearme fuerte con todo lo que tengan a su alcance. Pero no creo que lo esté, si que podré salvarme de la paliza.
—No te preocupes, no fue nada —Desperté a la realidad.
—En un momento pensé que te habías enojado —Se encoge de hombros.
—¿Porqué? —enarqué una ceja.
—No contestabas y estabas sería, me asuste —comienza a reír.
—Tranquila —reí, luego procedo tratando de tranquilizar el impulso de reírme. —No soy ese tipo de chicas. Ya sabes, ser enojona y sería, no me gusta, incluso al pensarlo me dan náuseas.
—Ahora que lo pienso, tienes razón, eres diferente, pero tú personalidad es muy parecida a la de Nicholas —Apenas escuché la inicial del nombre de ese demonio rompí en carcajadas. Negué con la cabeza.
—¡Estás loca!
—En serio. Eres muy impulsiva, no se, tienes una chispa de su personalidad —Quita su mirada de mis ojos y juega con sus dedos, estaba nerviosa.
Tal vez temía que le iba a contestar. Joder, ¿parecerme a ese demonio traído del infierno? Parece que está drogada. Si, eso debe ser, nisiquiera me asemejo a él.
—¿Sabes que sí me parecería a él no estaría socializando contigo? —Me cruzo de brazos.
Ahora las risas han sido reemplazadas por miradas frías y silenciosas.
—Que eres terca. No he dicho que eres totalmente igual a él. ¡Nisiquiera pienses en serlo! Tendría que hacerte reflexionar mucho y nadie quiere eso. Pero en fin, quiero decirte que en algunas ocasiones eres el mismo reflejó, sus personalidades son parecidas, nose como explicarte.
—Insisto que no —ruedo los ojos.
Ni en mis peores sueños me llegue a imaginar que mi personalidad era como la de Nicholas. Ya me imaginaba serlo.
Soy Hannah, no me mires si no quieres morir, no me toques si no quieres que aparezca en tus pesadillas, no me hables si no quieres que te diga muchas cosas hirientes. Soy mala, muy mala —lo imite.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...