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Una semana después

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Una semana después.

Desperté con el rico aroma del pan tostado. Ruth debe estar haciendo el desayuno como todas las mañanas antes de irse a trabajar.

Día viernes. El día que tienes más flojera en hacer las cosas, el día donde la semana laboral y educacional se acaba. Para Emily es el último día de clases, tiene vacaciones de verano.

Aún quejándome que el verano es caluroso me gusta, la exquisitez de salir a disfrutar las mañanas o tardes en una playa o piscina.

Espere la tarde con ansias. Ayer me había comprado un bikini para poder bañarme en la piscina. Esta vez no iba a ahogarme en ella y nadie me tirará.

Me echo bloqueador para no broncearse, no quiero terminar con un tono más oscuro. Salí con la toalla de playa a tomar el sol antes de tirarme un chapuzón.

Lo bueno de todo es que tenía la pisicina para mi sola. No había nadie en casa, estaba totalmente sola y me gustaba. Podía tener la música a todo volumen, comer lo que quería y hacer todo sin que nadie me regañara.

***

Emily me insistía que saliéramos a las carreras clandestinas. Terminó volviéndose un dolor de oído que termine aceptando. Si que ahora estoy en mi closet buscando algo para ponerme que me acomode.

Más que eso tenía nervios, han pasado meses que no manejaba un auto y la necesidad de hacerlo corrían por mis venas, quería sentir la velocidad, el estómago revolverse, esa corriente de electricidad que corre por tu cuerpo, por último la adrenalina que cargas en ese momento.

Obviamente hoy correriamos en el auto de Darell ya que es un ford mustang blanco; una belleza. Y Emily tiene un mercedes benz slk class rojo, es un auto bueno pero tiene sólo los asientos delanteros y no tiene techo. Ese auto lo había cambiado hace poco (se lo regaló Nicholas). Y si, el cambio de auto y se lo dio a su hermana. Emily terminó vendiendo el otro auto y yo estaba como "regalamelo a mi, yo necesito un auto" pero no sucedió como yo quería. Me hubiera gustado que su reacción fuera como la de Nicholas de llegar y regalar un auto.

Todavía no entiendo de donde saca tanto dinero, tiene su vida tan privada que no deja que nadie lo sepa más que él. Es que el maldito se compró un lamborghini huracan azul. Ese auto es una belleza, me daban unas ganas de manejarlo, debe ser firme en las curvas y tener mucha velocidad.

Me lave los dientes, lista ya para maquillarme y que saliéramos. Se supone que Darell estaría aquí en quince minutos sí que tenía muy poco tiempo para terminar de arreglarme. Me delinee el ojo, un poco rimel y pinte mis labios con un café oscuro.

Acomode el entero negro que tenía y me puse unas zapatillas rojas.

—¡Hannah ya llegó Darell! —grita Emily.

Jugando con tus normas © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora