Jugando con tus normas © #1

#12

Temblorosa agarró el teléfono, me calmo mentalmente y contesto la llamada.

—Hola, ¿con quién habló? —trate de hacerme la confundida.

—Hola Hannah. Soy Colton —aclara su garganta. Sabía que era tú, imbécil.

—Lo siento, no te tenia agregado. Pero dime, ¿a qué se debe tu inesperada llamada?

Emily aguanta la risa y yo me muerdo el labio para no soltar ninguna risita.

—No quiero molestarte ni nada por el estilo. Sólo quiero saber como estás, no contestabas y no sabía que te había pasado, pensé que habías muerto o algo grave te pasó. Pero me doy cuenta que sigues viva. Siento lo de tus padres —su voz dura y sin filtro me confirmaba que seguía siendo el mismo.

—Agradezco tu preocupación pero me importa una mierda. Todo lo que venga de ti no me importa, ¿eso no quedó claro la última vez que nos vimos? —pregunté en un tono duro.

—Lose. Joder, sólo me preocupe, seguro tu no lo hubieras estado si me pasara algo y que todos me comenten lo que te sucedió, que tú desaparecieras de aquí. No sabes la mierda que me sentí cuando iba cada día a tu casa y no había nadie, ¿como querías que reaccionara?, ¡¿como un metal sin sentimientos?! —exclama exaltado.

—Cariño, lo eres, no tienes sentimientos si que ahorrarte tu show de teatro barato y no jodas mi vida porque yo no he ido a joder la tuya.

—¿Que no joda tu vida? No seas idiota, preocuparme no es joder —dice fríamente.

—¿Sabes qué? No me importa nada que venga de ti. Adiós hijo de puta —me despedí.

—Ahora me dices así cuando antes llorabas para te diera un poquito de atención. Eres totalmente ingenua, adiós Hannah —corta la llamada.

Solté un pequeño grito de frustración y aprieto mis manos en un puño.

—Rayos, eso si que estuvo intenso —habla Emily.

—Eso que no escuchaste lo que me dijo. Es un estúpido y lo odio. Nose como pude amar a esa cosa —hice una mueca de asco.

—Encuentro que en parte igual fuiste dura con él, pero tendrás tus razones para haberte comportado de esa forma —concreta.

Me quedo en silencio, no sabía que responderle sí que sólo le regale una media sonrisa.

—Una pregunta, ¿ustedes por qué terminaron? Si no quieres responder no hay problema, te respeto —habla.

—No tranquila, te contaré. Fue porque la relación ya no era la misma que el comienzo, él no me daba la atención que yo quería que me diera, me esquivaba y le gustaba estar en su mundo. El consume cocaína, es un maldito adicto, sus padres adoptivos ganan mucho dinero ya que tienen una empresa y mantienen a Colton. Me había aburrido esa situación que decidí que no podíamos seguir con esa relación. Estuve semanas llorando como una estúpida para tratar de superarlo y decirle que ya terminaramos, hasta que me armé de valor y lo hice, él accedió sin decirme nada al respecto. Ese idiota me rompió el corazón, lo ame demasiado que no halló la palabra para describir la sensación que experimenté cuando todo acabó; sentía que en cualquier momento el aire se me acabaría, que me iba a dar un ataque, noches enteras me desvelaba pensando en él, mis ánimos se fueron por la borda y tuve una recaída en los estudios, pero al final pasaron los años y pude lograr curar este corazón de seda. Lo que me molesta es que el idiota no sufrió nada, lo veía con cada chica pasearse por el pasillo del instituto como si nunca hubiera estado conmigo. Y por eso me caen mal los hombres, piensan con el culo que no saben qué cuándo terminan con una mujer no tienen que estar con alguien por respeto de lo que fue la relación. Pero no, ellos terminan y son libres, hacen lo que se le da la gana y le da lo mismo lo que piensen de ellos, en total ahora no están con nadie. Por eso nunca dejes que eso te afecte, si lo hace el, ¿porqué tú no? Y ese es otro problema que tienen. Cuando uno hace eso comienzan atacarte y reclamarte que le sacas celos pero por favor, no todo rueda entorno de sus penes —expreso mi opinión y mi punto de vista.