#56

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NICHOLAS

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NICHOLAS.

Estaba tan concentrado disparandole a cualquier idiota que se cruzará en mi camino que no me percate cuando Hannah desapareció de mi lado, maldije en voz baja, le pedí a JK que siguiera mientras yo iba por la pelirroja, sabía que al traerla iba a ser un dolor de culo, aparte de estar matando tenía que estar de niñero, ¡Que fastidio! Cuando doy con su paradero observó cómo se defiende, cegada en furia golpea del hombre hasta dejarlo inconsciente en el suelo. Me sentí orgulloso por ella, en realidad tiene razón, sabe defenderse muy bien, a su rara manera pero lo hace increíble. Cuando se da cuenta que estaba observando todo corre a mí con lágrimas en sus ojos, se balancea por mi cuello y susurra.

—Ese hombre fue uno de los que me atacó en mi departamento y me golpeó sin piedad.

Al escuchar esas palabras la furia se apoderó de mi cuerpo. No lo pensé dos veces y le disparé sin parar hasta que Hannah me grita que parará si ya está muerto, le obedecí después del trance. Cargue mi pistola con nuevas balas, quedé mirándola embobado, esos malditos ojos que me desconcentran en este momento.

—¡¿Porque no has hecho?!

—Hannah, es hombre te atacó sin piedad, te quería matar y aún así me preguntas porqué hice eso, ¿Estas de broma, cierto?

—Lo que hizo no fue su problema, como dijiste le pagaron para hacerlo, ¡Sólo bastó con dejarlo inconsciente! —grita aún con lágrimas en sus ojos. Tomó de sus hombros para hacerla reaccionar.

Me molestaba que fuera tan ingenua con esos tipos, ellos cuando entraron atacar no tuvieron remordimiento en golpearla. Detestaba que fuera tan blanda ahora cuando siempre apaga su lado sensible en momentos que no debe hacerlo. Si no la hago reaccionar y que sepa con qué personas estamos tratando seguirá pensando lo mejor de ellas cuando son sólo unos hijos de puta. Aparte yo fui el imbécil que la dejó entrar, debí haberla encerrado en el auto para que no corriera peligro. Pero no, tuve que dejarme dominar por ella como siempre.

—¡No entiendes nada! Aquí a ninguno de todos estos hombres les importas, ellos no piensan en ti, en nadie, menos en ellos porque si fuera así ya hubieran arrancado a la primera. Ellos saben muy bien lo que hacen y a dónde los llevará este trabajo, debes tener claro eso porque nadie les ha puesto una pistola en la cabeza para que sigan aquí, como tú o como yo, pueden irse. Tu estas aquí por tu propia cuenta sabiendo el riesgo que corres, ¿Ahora entiendes? —ella asiente con la cabeza. —Ahora quiero que estés detrás de mí y no te alejes por nada del mundo. Sólo eso te pido —añadi.

—Está bien —susurra.

Volvimos al lugar, me escondo detrás de el marco de la puerta inspeccionado el lugar y que no hubieran muros en la costa. Con firmes pasos sigo mi camino, atento a cada pequeño movimiento. Hannah posa su mano en mi hombro y la mueve para que me de vuelta.

—Tengo miedo a dispararles Nicholas —susurra temerosa.

—Tranquila, pequeña. No pienses en ellos, piensa en ti solamente, como si esto fuera un juego de muerte donde tienes que matar para vivir —la animo.

Jugando con tus normas © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora