HANNAH.
Después de tener esa mini-pelea con Nicholas termine con un gran chichón en mi cabeza, no era tan grave.
Cuándo desperté Emily tenía algunos paños en mi cabeza y insitia que fuéramos al hospital para que me viera, obviamente me negué si no fue algo grave.
Quería ir a golpear a Nicholas pero ella no me dejó, insistió que no hiciera ninguna locura, le hice caso porque sabía muy bien que ese idiota estaba fuera de control. No imaginé que llegara hacer esa locura, menos que reaccionara de esa forma tan brutal. La descripción que había hecho Emily cuando él estaba enojado era exactamente igual, hasta sentí ganas de correr lejos de él, pero como siempre he sido valiente lo enfrente pero nada salió como esperaba, terminé siendo la diversión de él; una chica débil. Sí, esas que le das un golpe y se quiebran enteras. Ya pasó, eso no impediría que esta noche saldría con mi amiga a divertirme.
Ahora estoy arreglando el cabello de Emily, le hice algunos rulos, dejo que la maquillara, eligiera la vestimenta para salir. Satisfecha con lo que hice sonreí y la abracé.
—Enamoraras a todos los chicos en el club.
—No exageres —se sonroja. —tú no luces nada mal.
—Entonces. ¿vamos? —pregunte guardando mis cosas en el bolso.
—Si claro —Ella coloca su bolso en su hombro y salimos de la habitación.
—Adiós mamá —se despide Emily.
—Adiós Ruth —le sonrió.
—Se cuidan y manejen con cuidado —dice Ruth.
Emily me entrega las llaves del auto, nos subimos en él y busco en mi teléfono un club bueno, active mi ubicación y deje el el google maps me guiará. Estacione el auto una cuadra antes del club y nos bajamos.
—¿Crees que sea bueno el club? —pregunta Emily.
—Averiguemoslo —tomé su mano y la arrastre hasta el local. Los guardias nos observan esperando nuestra identificación junto con el dinero.
Emily nerviosa entrega su identificación y paga el dinero de la entrada, yo hago lo mismo pero no estaba nerviosa.
Mientras íbamos por el pasillo el aroma a cigarro, alcohol, marihuana y todo tipo de olores me distrae. Había pasado mucho desde que no entraba a estos lugares que ya había olvidado ese olor tan satisfactorio.
Emily se adelanta y ya está en la barra pidiendo algo para beber. Me preguntó que quería, le dije que sólo un mojito, no quería emborracharme cuando yo era la que estaba manejando. Ella elige algo para tomar más fuerte; tequila. La observó cómo se come el limón y le da el gran sorbo al pequeño vaso de tequila. Pide dos más y luego me agarra del brazo para ir a bailar.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...