DOS SEMANAS DESPUÉS.
NICHOLAS.
Ya habían pasado dos semanas que mantengo mi relación con Hannah. Cada vez más cerca y unidos, sólo nosotros, nadie se ha entrometido en nuestra relación y los problema han desaparecido. Dejando de lado mi relación perfecta con mi pelirroja me concentro en lo de ahora. Mi cabeza está concentrada en el proyecto que JK tiene para destruir a Anthony, aparte de enfocarme en esto tengo que ser astuto para que Hannah no se entere que todavía sigo en este mundo. Ella me suplicó que no volvería a los mismos pasos de antes, se lo prometí para no preocuparla. Cuando acabemos con Anthony todo volverá a la normalidad. Y ella no tiene porqué enterarse de esto.
En estas dos semanas Hannah me ha pedido que cada tarde pasaramos a la casa de Rae. Se siente tan mal por su amiga. Quiero que ya termine de hablar de ella, parece que fuera la sombra entre nuestra relación. Yo si fuera ella no le hablaría más. Hace poco me contó que Rae tiene inseguridades por lo que le pasó, ya veo que cuando hablé con ella la golpee. Por eso no quiero que vaya sola hablar con Rae. Suena mi teléfono haciéndome reaccionar a la realidad. Veo el en la pantalla el nombre; amor. Sonreí y contesté la llamada.
—¿Llegaste cariño? —pregunté.
—En cinco minutos estaré afuera de tu departamento —contesta.
—Te esperó.
—No cortes la llamada, quiero escuchar tu voz —ordena.
—No me ves un día y ya me extrañas —comentó divertido.
—Prefiero escuchar tu voz en vez de escuchar a Darell, sabes que a veces es tan chillón para hablar.
—¡Te tiraré de mi auto si sigues con esa actitud, brujita! —escuchó la voz de Darell. Hannah tiene razón.
—No se donde saco ese lado porqué de mi familia no lo sacó.
—Querido primito, Hannah te tiene en alta voz y puedo oír todo lo que dices. Ahora te haces el macho si cuando tenías cinco años le robabas las muñecas a Emily para jugar en tu cuarto con ellas, hasta las imitabas.
No pude aguantar la risa. Tenía ganas de golpearlo por decir eso delante de Hannah. Ha dejado mi nombre de macho alfa por el piso.
—Intenta bajar del auto y subir hasta aquí porque te cortaré las bolas —aguanto la risa.
—Hola Nicole me llamo Anastasia y me gusta bailar, también cantó... —Lo interrumpo.
—No puedo creer que todavía recuerdes eso, eres un maldito.
—Ya dejen de discutir por las muñecas. Ahora Darell entregame el teléfono porque tengo que bajarme —protesta Hannah.
—Adiós muñequita —se despide Darell.
—Adiós idiota.
La llamada se cortó, observó por la ventana para asegurarme que el auto de Darell estuviera abajo, Hannah se baja, sigue su camino hasta entrar al edificio. Minutos después mi timbre suena. Abrí la puerta y ella me observa burlona.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...