NICHOLAS.
Deje que JK se fuera con Rae. Todas mis armas habían caído al suelo, comencé a estirarme para alcanzar una, cada vez que lo intentaba mi pie comienza a doler, ¡Porque todo todo tiene que ser tan difícil! Para variar el sonido de la bomba me pone más nervioso. Es mi vida o el dolor del pie, opté por mi vida, comencé a estirarme todo lo que podía, se me escapaban algunos gritos de frustración, con la punta del dedo toco el arma, sólo falta un poquito. Muerdo mi labio inferior, sólo un poquito, tu puedes Nicholas, ¡Ya está! Ahora viene lo peor, soy un asco tirando la bala en el mismo lugar dos veces. Un disparo, veo la cadena y cálculo para que caiga en el mismo lugar, vuelvo a disparar y cae en otro lado de la cadena, ¡Mierda! Observó la bomba, diez segundos, vuelvo mi vista a la cadena. Cuento los segundos mentalmente, nueve.., ocho. Caigo al suelo, busco una escapatoria. Siete.., seis. Veo la pequeña ventana, ¿podré caer? Cinco.., cuarto. ¡Es ahora o nunca! Rompo la ventana, ignore las cortadas de mi brazo. Tres.., dos. Salto por la ventana. ¡Uno! Corro lo más rápido que puedo y cuando el lugar explota salgo por los aires.
Observó de los lejos como Hannah comienza a gritar, llorar, mi padre trata de consolarla pero lo aleja, cae al suelo y esconde su cabeza en sus rodilla. Rae trata de levantarse pero se desvanece al instante. Mi padre intenta hacerla razonar para que fueran al hospital y ella se negaba. Así estuve un buen rato observando la situación hasta que decido dejar de torturar a la pobre de Hannah.
—Esto parece un funeral, guarden las lágrimas cuando me muera.
Hannah levanta su cabeza, como puede corre a mi y me besa, impresionado recibo el beso gustoso.
—¡Nunca más me vuelvas hacer esto maldito idiota!
Sonrió al escuchar esas palabras. Ella me observa y vuelve a besarme, esta vez yo soy la iniciativa introduciendo mi lengua de manera cautelosa.
—No quiero interrumpir su amoroso momento pero de verdad necesitamos ir al hospital.
—Yo vine en el auto de Darell y no puedo dejarlo aquí —comenta Hannah.
—JK, ¿Puedes irte tu con Rae? —propongo.
—Claro, ningún problema. Sigan mi auto, se en que clínica podemos ir.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...