HANNAH.
Todo me daba vueltas y no quería abrir los ojos, no se si esto era un sueño, no quiero ni pensar que estaba delante de Nicholas, ¡Que locura! Mi cuerpo es acostado con delicadeza en la cama. Siento un peso cargarse en la cama, una mirada clavarse en mi y mantengo mis ojos cerrados como si estuviera dormida, ¿Acaso esto es un sueño? Una respiración choca contra mi cara, muy cerca de mis labios, unos húmedos labios me dan un beso simple, abrí mis ojos con lentitud, mi corazón revolotea cuando veo que Nicholas era el que me besó. Luego desaparece por la puerta.
***
Mi cabeza dolía como nunca, ¡Dios! Ayer soñé que Nicholas me traía a casa y me besaba. Malditos sueños ridículos, hasta en los sueños tiene que aparecer ese idiota. Fui al baño preparandome para ver mi horrible aspecto. Tenía razón, mi maquillaje estaba corrido, el labial lo tenía removido hasta la mejilla y mi cabello estaba como melena de leones. Sacó un algodón, le hecho crema y quito todo el rastro de maquillaje de mi cara, me la lavo, me hago una coleta y voy a la habitación de Darell. Si no estuviera con este dolor de cabeza ahora mismo estaría saltando en la cama para despertarlo. Con mi dedo índice molesto la punta de su nariz, sin abrir los ojos se rasca una y otra vez hasta que despierta.
—Pensé que estabas muerta —se burla.
—Cuando me vi por el espejo con lo horrible que me veía pensé lo mismo —solté una pequeña risa.
—Menos mal que no ocupó maquillaje o todos los chicos escaparian de mi al día siguiente.
—Me imaginó. Iré a bañarme y tu también hacelo, ventila la pieza que está muy pero muy, ¡Hedionda a gases! —grite divertida.
—¡Andate de mi aposento!
Comencé a reír y volví a mi habitación, lo primero que hice fue ducharme, después ordenar mi habitación, también el comedor y cocinar algo para Darell, si es que quería comer porque yo no tengo apetito. En la tarde le pido si puede prestarme su auto para ir a la casa de Ruth y tratar de arreglar las cosas con Emily. Si hay algo que no tolero es que no nos hablemos, no puedo estar enojada con ella y ella menos conmigo. Tenemos que volver arreglar la relación que tenemos de amistad, esta vez empezando de cero, sin mentiras, sin ocultarnos nada.
—No te demores mucho.
Asentí con la cabeza. Tomó las llaves y me pierdo por el pasillo, como no soy buena corriendo prefiero bajar las escaleras para ejercitarme un poco. Saludé al conserje, fui en grandes zancadas al auto de Darell tarareando una canción de Zayn Malik. Entre y eche andar el motor. Fui escuchando música mientras manejaba. Tantas veces que he salido que ya siento que me conozco todas las calles de este lugar. Sin necesidad de ocupar el gps llegue a la casa de Emily. Estacione el auto y toque el timbre. Sonrió cuando Ruth me da un abrazo.
—¡Que sorpresa pequeña! —acaricia mi espalda. —Adelante, pasa —sonríe de oreja a oreja.
—¿Como ha estado?, ¿Mucho trabajo? —pregunté mientras me acomodaba en el sofá.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...