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NICHOLAS

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NICHOLAS.

Desesperado golpeó la puerta de la habitación que se encuentra Hannah. Ella no me escucha. La entiendo, fui un canalla al hablar de esa forma, estaba nervioso y no quería que nadie supiera lo que teníamos. Tenía que entrar a la habitación Rae, en realidad yo tengo la culpa por no cerrar con pestillo, quién iba a imaginar que en media noche vendría a molestar.

—¡Por favor Hannah, escuchame! —insisto. —¡Tenemos que hablar!

—¿Que tenemos que hablar? Si no somos nada. Lo hecho, hecho está y lo dicho, dicho está. Todo me quedo más que claro.

Furioso comienzo a golpear todo lo que estuviera a mi alcancé. No puedo aguantar este sentimiento, la odio, detesto tener que pasar esto por ella. Siento unas frías manos tratando de detenerme. No era nadie más que Rae. La apartó de mi lado.

—¡¿Qué quieres?!, ¡¿Ahora estás feliz?! —le grité furioso, cegado por mi irá. —¿Sabes algo? Nunca estaré contigo porque no me importas, no quiero tenerte cerca porque no vales nada para mi, ojalá te mueras luego para que dejes de molestar a los que te rodean, ¡Eres lo peor que me pudo pasar en la vida!

Sin mirar hacia atrás me voy, ignorando los gritos que hacía Emily o Jake. Bajo por las escaleras, estuve un rato encerrado en mi auto tratando de tranquilizarme, algunas veces golpeó el manubrio. Tengo que relajarme o perderé la cabeza. No entiendo porqué actuó de esta manera, ¿Acaso estoy enamorado? Que tontería, no tengo tiempo para repetir la misma historia. Tengo que sacarme de la cabeza a la pelirroja por el momento, tengo que esperar que ella se relaje y se calme, entiendo que se haya molestado por haberla cagado. Ya pasó, no puedo repetir el momento y que todo vuelva a la normalidad. Esta más que claro que había marcado el "nada" en nuestra relación que estaba naciendo, los nervios me jugaron en contra.

Enciendo el auto, manejo por las calles, estaba saliendo el sol, había pasado tiempo que no me paseaba por una madrugada cuando el sol comienza aparecer. Me perdí de nuevo en mis pensamientos, no se que hacer, no quiero pensar en ella, no quiero saber nada por el momento. Ahora no puedo sacarla, estoy odiando que esto suceda, ¿Desde cuando Nicholas siente remordimiento? Jamás. Yo traté de que me escuchará. No soy perfecto y cometo errores, ella no supo entenderme, ¡Rayos! Veo una camioneta negra adelantarme y frenar delante de mi, copio su gestó y mi cuerpo se balancea, solté un sonoro suspiro.

—¡Fíjate idiota! —grité furioso, aún más cuando el auto no se movía. —¡¿Que esperas para moverte?!

Veo que la puerta del auto se abre, un hombre alto camina hacia mí, su cara se me hacía conocida, recordé la vez que estaba con Leighton y me furia creció. Salí de la auto de golpe, mi respiración ahora estaba más acelerado que antes.

—Así que te dignas a dar la cara maldito idiota —dije entre dientes.

—Podría matarte ahora mismo, ¿Lo sabes? —Levanta una ceja burlón.

—No podrías, por algo no lo estás haciendo ahora mismo, ¿Qué quieres?

—Tienes razón. Por ahora no lo haré porque me puedes ser de mucha utilidad. Aquí te dejo mi tarjeta para que te contacte conmigo, si quieres saber para qué y si no me llamas sabré que quieres ser mi enemigo, sólo te diré algo, no hay espacio en esta ciudad para los enemigo. Adiós Nicholas.

Veo todos su movimientos, sube al auto, lo hecho andar y desapareció del lugar. Sabía muy bien para que me quería, su maldito anhelo es matar a JK y yo averiguare para que quiere matarlo. Lo haré por Leighton, lo haré por sus enemigos, Anthony tiene que morir. Mi teléfono vibra, lo saco con la esperanza que sea Hannah.

"Se me olvidó decirte una cosa. Si tú no decides luego, haré lo que tenía que hacer en un principio. Tu noviecita tiene que morir, ese es su destino y si vine al país hacerlo ahora más que nunca me dan muchas ganas de hacerlo. Tú verás que haces, Nicholas. Pd: Anthony".

¡Maldito hijo de puta! Ahora sabía quién había amenazado de todas las forma a Hannah. Como no pensé antes, ¡Dios! Nunca me imaginé que él estaba detrás de este lío. La decisión estaba más que tomada, seré el enemigo más duro de matar, como JK y para eso tengo que insistir hablar con él. Si me uno a ese idiota podré destruir a Anthony y si muero, lo haré intentándolo.

Manejo a la casa para dormir, todo esto me tenía con la cabeza perdida en la tierra, cuando despierte podré saber qué hacer. Estacione mi auto, subí a mi habitación, me tire en la cama como un saco de papas, como me gustaría estar durmiendo junto a Hannah. Deje que mis pensamientos se a apagaran y me perdí en el sueño.

***

Tomó el teléfono, busco el número de JK con la esperanza de que esta vez sea el que me conteste y no la misma chica de siempre que siempre confirma que no está disponible. Me balanceo un poco por el asiento, recuesto mi cabeza hacía atrás, espero que conteste rápido.

—Hola, ¿Quién es? —pregunta la chica.

—Soy el chico del otro día, quería saber si esta vez puedo hablar con JK.

—Hablaré con él. Te llamo dentro de unos minutos, también te daré su número porque noto en tu voz gran desesperación por hablar con él.

—Gracias, espero tu llamada —dije aliviado.

Vuelvo a recostarme en la cama, coloco mis brazos detrás de mi cabeza, cierro los ojos y espero la llamada. Tres, cuatro, cinco, seis, siete, ocho... veinte minutos y nada. Ya estaba perdiendo la paciencia. Mi teléfono comienza a vibrar, ¡Al fin!

—Hola de nuevo, siento la demora. JK te enviará un mensaje en el lugar que se juntaran dentro de unos minutos, espero que aproveches la oportunidad. Adiós.

Corto la llamada. Confundido esperó el mensaje. Otros veinte minutos más. Me equivoqué, el teléfono vibró anunciando que tenía un mensaje de un número desconocido. Lo abrí, leí en qué lugar tenía que ir. Sin pensarlo dos veces me levanté, bajé y salí de la casa. Subí a mi auto, maneje hasta el lugar como si no hubiera un mañana, en menos de diez minutos ya estaba afuera de la cafetería. Le envíe un mensaje al número desconocido que ya había llegado, no obtuve respuesta. Me baje del auto, entre a la cafetería, me preguntaba en la mente quién será el famoso JK. Que tendrá tan especial que todas las personas lo respetan, que nadie lo ha matado, ¿Por qué no puso ninguna excusa para verme en persona?, ¿Acaso sabe quién soy? Eso es absurdo. Nunca lo he visto, menos él. Ahora estaremos cara a cara, sin rodeos, teniendo una conversación sería, proponerle que seamos socios para destruir a Anthony. Mi teléfono vuelve a vibrar.

"Ve a la parte trasera de la cafetería y me encontrarás".

Obedezco sus palabras. Dude un poco en hacerlo, ¿Si está esperando para atacarme? Toqué mi abdomen para asegurarme que mi arma estuviera en su lugar. Daba pasos como tortugas tratando de no pensar cosas negativas. Casi caigo con una bolsa de basura, este lugar sí que estaba podrido, sigo caminando hasta que llegué. El tal JK estaba de espalda; chaqueta de cuero, pantalones grises, zapatos negros, su cabello corto. Se me hacía familiar ese estilo, esos hombros.

—¿Eres tú JK? —pregunté dudoso.

El hombre se da la vuelta. Mi mandíbula se tenso. No creo lo que estoy bien, esto debe ser una locura, ¿Porque de todos los hombres tenía que ser el? Nunca esperé encontrarlo de esta forma. Todos mis sentimientos se revolucionaron, esas ganas inmensas de golpearlo invadieron mi cuerpo.

—Ha pasado mucho tiempo, hijo.

—¿Qué haces aquí?

—Yo soy JK —confirma.

Nicholas cuenta hasta diez, no deje salir ese lado malo, aguanta. Cerré los ojos, conté mentalmente, ¡Mierda! No puedo. Quiero golpearlo, gritarle porque nos dejo, ¿Acaso fue por esto?, ¿Prefirió esta vida en vez de su familia?

Jugando con tus normas © #1Donde viven las historias. Descúbrelo ahora