No sabía porqué había aceptado ser la novia "falsa" de Darell. Pero es que a veces llegó acceder demasiado y no me doy cuenta hasta que todo llega a un límite y explotó.
Al final no soy tan buena como todos creen.
—Entonces qué quieres hacer antes de que vayamos a la casa de mis primos, ¿ir por un capuchino? —me guiña un ojo.
—Supongo que tú pagarás. No todos te hacemos un favor gratis —dije divertida.
—Eres una maldita —Golpea mi hombro.
—Lose, lose —sonrió maliciosa.
—ya, okey —se rinde. —Mueve ese culo plano y vamos —Se levanta y yo lo sigo hasta la puerta principal.
—así me gusta. Quiero aclarar algo antes de que finjamos ser novios, yo seré la que mandé la relación, quiero ser esa chica que es celosa y insegura de sí misma y tú el perfecto que está apunto de explotar por mis celos pero me amas tanto que no quieres dejarme. Si vamos a fingir quiero fingir mucho drama, okey —informó.
—Como digas, en total ser el chico rudo no se me da —dice burlesco. —Nose porque pienso que eres como un ángel. Me salvaste de que hoy le pague a una chica para que finja ser mi cita por un día —hace una mueca.
—¿Le ibas a pagar una puta? Tú eres un caso perdido —negué mientras reía.
—A veces no tienes más opciones y tienes que elegir la peor. Pero gracias a Dios llegaste tú y me salvaste el culo.
—Me llaman la "salva culos" —ironice.
Él sólo ríe. A la cafetería que fuimos no estaba tan lejos de la casa de Darell. Algunas calles más pero no caminamos tanto, y como él dio su palabra terminó pagando todo.
Compró unas donas junto con unos capuchinos. Estuvimos hablando cosas sin sentido y el me dijo que lo esperará un poco que llamaría a la casa de sus primos.
—¡Como esta la prima más linda! Sí, tranquila, terminó aquí y voy... Pero tengo una pequeña sorpresa, ¿te acuerdas que te conté sobre mi novia? Te la presentaré hoy... ¿Que no estará? No esperaba más de ese estúpido pero tranquila, todos los hombres vuelven a su cueva tarde o temprano —bromea. —¿Que quieres prepararle una sorpresa?... como tu digas en total tu gastaras tu dinero... Adiós, te amo. —veo que deja el teléfono a un lado y me vuelve a mirar. —Ella quiere prepárate una sorpresa, ni siquiera en mi cumpleaños la hacen y te la harán a ti. Te odio —me saca la lengua.
—Que lindas. Dile que las adorare —sonreí.
—Si claro. Mejor termina eso luego y vamos a dar algunas vueltas en auto. Puede que encuentre el amor de mi vida.
—Si, seguro, pasará volando para que lo contemples más —me burle.
Terminamos de desayunar y dimos algunas vueltas en auto, Darell también manejaba como abuelito que a veces me daba algo de rabia y quería manejar yo para enseñarle cómo maneja un hombre de verdad.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...