HANNAH.
Pierdo mi mirada entre la pared, el tiempo se me hace infinito, mis ojos comienzan a caer, trato de mantenerlos abiertos pero es difícil. Tarareo una canción para no caer en el sueño y darme por vencida. Si ese idiota de Nicholas si no viene luego por mi me dejaré llevar por este cansancio que tiene mi cuerpo devastado. Me pierdo en los pensamientos cuando baile Candy shop con el.
—¿Hannah?
Observó al hombre que estaba con Nicholas cuando entre a este lugar. Mi vista se va nublando, le sonrió con los ojos cerrados, ¡Dios es difícil mantenerme despierta! Cada vez estoy más aturdida.
—Hannah, debes levantarte. Tenemos que salir de este lugar porque explotará en mil pedazos en unos segundos.
—¿Donde está Nicholas? —murmuró.
—Ya vendrá, lo importante es que salgamos ahora.
Moví mi cabeza hacia arriba y abajo dándole la razón, el acomoda mi brazo entre sus hombros, veo como toma de la cintura a Rae y nos saca a los dos de este lugar. Busco con mi mirada a Nicholas por todos lados pero no había nadie, ¿Dónde se metió? Le doy un empujón al hombre canoso, esta vez asustada.
—¿Donde está Nicholas? —vuelvo a preguntar.
—Está adentro, ya saldrá.
Justo cuando iba hablar el lugar explota, todos los pedazos de madera, vidrios, ventanas, salen volando por los aires, el fuego comienza a quemar el lugar, con mis brazos me tapo por si llega a volar algo donde me encuentro parada.
—¡Nicholas! —doy un grito desgarrador.
Sin creerlo comienzo arrastrarme hasta el lugar, algunas piedras se entierran en mis brazos. Esto no puede estar pasando, Nicholas no puede estar muerto. Con todas mis fuerzas me levanto del lugar y cojeo. Ese hombre toma mi hombro para impedirme seguir al lugar que estaba hecho pedazos.
—¡Suéltame, tengo que ir por Nicholas! —grite en un hilo de voz.
—Shhh , tranquila —Me abraza.
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Jugando con tus normas © #1
Action#1 libro. Ten cuidado al cruzarte en el camino de Nicholas Anderson. Nisiquiera pienses en dirigirle la palabra por que cuando abre su boca no hay vuelta atrás, cada palabra es como cien cuchillazos en un segundo. Su mirada oscura te hace dudar en...