|Especial| 26. Hay una medida de fe que se nos ha dado.

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Serie: La medida de nuestra fe

En Romanos 12:3 encontramos que Dios da diversas medidas de fe a su pueblo. Pablo dice que debemos pensar “…con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno”. En el contexto, esta no es una referencia limitada al don espiritual único de la fe (1 Corintios 12:9), porque Pablo dice: “…digo a cada uno de vosotros que no piense más alto de sí que lo que debe pensar, sino que piense con buen juicio, según la medida de fe que Dios ha distribuido a cada uno”.

Al decir “a cada uno” se refiere, como antes, a “cada uno de vosotros”. Dios ha distribuido entre todos los cristianos diversas medidas de fe. Esta es la fe por medio de la cual recibimos y utilizamos nuestros diversos dones. Es la fe diaria y ordinaria por medio de la cual vivimos y ministramos.

En el contexto de ese pasaje, a Pablo le preocupa que la gente “piense más alto de sí que lo que debe pensar”. Su solución final para esta jactancia es decir que no sólo los dones espirituales son obra de la gracia gratuita de Dios en nuestras vidas, sino también la misma fe por medio de la cual utilizamos esos dones. Esto quiere decir que cualquier posible motivo de jactancia es desechado. ¿Cómo podemos jactarnos si aun el requisito para recibir un don es también un regalo? Por eso, la humildad es tan importante ante los ojos de Dios.

Basado en el privilegio y la autoridad que Dios me ha dado, le advierto a cada uno de ustedes lo siguiente: ninguno se crea mejor de lo que realmente es. Sean realistas al evaluarse a ustedes mismos, háganlo según la medida de fe que Dios les haya dado.  Así como nuestro cuerpo tiene muchas partes y cada parte tiene una función específica, el cuerpo de Cristo también. Nosotros somos las diversas partes de un solo cuerpo y nos pertenecemos unos a otros. Dios, en su gracia, nos ha dado dones diferentes para hacer bien determinadas cosas. Por lo tanto, si Dios te dio la capacidad de profetizar, habla con toda la fe que Dios te haya concedido. Si tu don es servir a otros, sírvelos bien. Si eres maestro, enseña bien. Si tu don consiste en animar a otros, anímalos. Si tu don es dar, hazlo con generosidad. Si Dios te ha dado la capacidad de liderar, toma la responsabilidad en serio. Y si tienes el don de mostrar bondad a otros, hazlo con gusto.
Romanos 12:3‭-‬8 NTV

—¿Por qué tienen miedo? —preguntó Jesús—. ¡Tienen tan poca fe! Entonces se levantó y reprendió al viento y a las olas y, de repente, hubo una gran calma.
Mateo 8:26 NTV

Entonces Jesús dijo a los discípulos: —Tengan fe en Dios.
Marcos 11:22 NTV

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