109. ¿A pesar de todo, me seguirás amando?

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Resulta fácil hacer un trabajo cuando tenemos todas las herramientas necesarias para realizarlo, o bien decir adiós a alguien, pero íntimamente sabiendo que al siguiente día lo volveremos a ver. Tampoco hay dificultad alguna en hacerle un favor a aquella persona que nos cae bien y nos agrada. De igual manera se nos hace muy fácil alabar y servir a Dios, en especial cuando recibimos buenas noticias y todo nos sale bien. Pero, ¿que pasa cuando no es así?

Aunque la higuera no florezca, Ni en las vides haya frutos, Aunque falte el producto del olivo, Y los labrados no den mantenimiento, Y las ovejas sean quitadas de la majada, Y no haya vacas en los corrales; Con todo, yo me alegraré en Jehová, Y me gozaré en el Dios de mi salvación.
Habacuc 3:17‭-‬18 RVR1960

Pero... Si todavía no llega lo que estás esperando, no ves los frutos de tu trabajo, y pareciera que en lugar de vivir una vida abundante, vives en escasez. O quizás tus planes no salieron como pensabas y no puedes ver una salida. Si has estado peleando como buen soldado, pero sigues viendo al enemigo tan fuerte como antes, con todo ¿Podrás aún alegrarte y gozarte sabiendo que tienes a Dios de tu lado?

Si estas pasando problemas y por tanto, has dejado de orar, de leer Su palabra, o has dejado de servir, de obedecer, puede que te encuentres desanimado, pensando que Dios no te oye, o que si lo hace de todas maneras no te responde. Entonces hay una pregunta para ti: ¿qué te movía a orar, buscar y servir a Dios?, ¿el amor que sientes por Él o sus bendiciones?

Por lo cual, levantad las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que sea sanado.
Hebreos 12:12‭-‬13 RVR1960

Si estas pasando por una situación difícil ¡No esperes hasta que las bendiciones lleguen para confiar en Dios! Por el contrario, comienza a confiar ahora, que todo está mal, para que luego lleguen las bendiciones. Al buen trabajador se lo reconoce, cuando se ha sacrificado en realizar su trabajo, y al buen siervo por su servicio. Ahora levanta nuevamente los brazos, no paralices tus rodillas ¡vuelve a orar y a trabajar para Dios! ¡Porque solamente en su camino, es donde se ven los milagros!

Y recuerda que nosotros estamos con Dios por amor, no por lo que nos pueda dar, aunque ya nos dio mucho al darnos la salvación.

¡Gózate porque te ama y si confías en Él, Él hará!

Por: Shirley Chambi.

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