51. Un verdadero compañero.

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En todo tiempo ama el amigo, Y es como un hermano en tiempo de angustia.
Proverbios 17:17 RVR1960

En una hacienda vivían dos caballos, aparentemente iguales a los demás, pero al observarlo con más detenimiento, se podía percibir que uno de ellos es ciego. El dueño no se deshizo de él por este defecto, sino que le consiguió un amigo, un caballo más joven, el cual tenía una campana colgada de su cuello. De modo que al escuchar el sonido, el caballo ciego sabía dónde estaba su compañero e iba hasta él.

Ambos pasaban los días corriendo y al final de la jornada, el caballo ciego seguía a su compañero hasta el establo. El caballo con la campana estaba siempre mirando si el otro lo acompañaba y algunas veces se detenía, para que pueda alcanzarlo. El caballo ciego se guíaba por el sonido de la campana, confiando que el otro lo estaba llevando por el camino correcto.

Al igual que el dueño de estos dos caballos, Dios no nos rechaza por nuestros defectos, más bien Él cuida de nosotros y hace que otras personas estén a nuestro lado cuando las necesitamos. Algunas veces somos como el caballo ciego, guiados por los sonidos de las campanas de aquellos amigos que Dios puso a nuestro alrededor. Otras veces, somos como el caballo guía, ayudando a otros a encontrar el camino.

Hay quienes parecen amigos pero se destruyen unos a otros; el amigo verdadero se mantiene más leal que un hermano.
Proverbios 18:24 NTV

Así son los buenos amigos, tú no necesitas verlos, pero sabes que están allí.

Qué necesario es oír esas campanas en determinados momentos de nuestras vidas, las cuales son palabras de aliento, ánimo y fortaleza que nos ofrecen nuestros verdaderos amigos, a los cuales podremos retribuirles, compartiendo todo lo que Dios nos ha dado primero.

Hoy es un buen día para que valores a las personas que están contigo siempre, en los momentos buenos y alegres, pero también en los de tristeza y angustia. Llámalos, sigue en contacto con ellos y si recuerdas que existe algo que te mantiene enemistado con alguno, da el primer paso, no esperes que el otro lo haga, tal vez haya muy buenos momentos de amistad por compartir, que no vale la pena perderlos por un enojo.

Por: Brisna Bustamante S.

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