|Especial| 123. Piensa en todo lo verdadero.

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Serie: Piensa en Cristo.

Los pensamientos del cristiano son importantes porque tienen un efecto sobre el carácter. Si el creyente fomenta «malos pensamientos», su carácter se corrompe. Cuando abrigamos constantemente pensamientos profanos, impuros y falsos, seremos cristianos profanos, impuros y falsos. El «carácter» toma la naturaleza y la forma del pensamiento.

Los cristianos que fomentan pensamientos nobles serán más nobles. Si son generosos en sus pensamientos, serán generosos en sus acciones. Si son amables y tiernos en sus pensamientos, serán amables y en tiernos con los demás. Si permiten que el Cristo viviente cuide sus pensamientos, éstos moldearán su carácter y se convertirán en personas más semejantes a Cristo. Debemos de desarrollar el hábito del pensamiento. 

El verbo griego «logizomai» en Filipenses 4:8, indica que es más que un simple «pensar» es, acoger con nuestra mente, maquinaciones, propósitos, designios, artificios, imaginaciones, ideas, intenciones, razonamientos, argumentos, discusiones, opiniones, decisiones, suposiciones, sospechas, conjeturas, consideraciones, expectativas, reflexiones, interrogantes, contradicciones, controversias, contiendas, dándoles un valor verdadero o falso. 

La mente, es el asiento de la consciencia reflexiva, comprende las facultades de la percepción, la comprensión, el conocimiento, el entendimiento, los sentimientos, el juicio y la determinación. Los materiales apropiados para la mente del cristiano que producen pensamientos excelentes, incluyen lo que es noble ante Dios, lo que es purificador para el creyente y que le permite alcanzar las aspiraciones más altas. 

La primera frase que Pablo recomienda es «todo lo verdadero». La palabra «verdadero», incluye tanto hablar como hacer; indica todo lo que es contrario a la falsedad. Los creyentes deben pensar en la verdad concerniente a Dios y a su relación con Él. Pensar en lo verdadero, es pensar en lo real, lo que tiene sustancia, lo que no es producto de la fantasía, ni suena a ficción ni hipocresía, que contrasta con lo irreal, lo falso, la copia y la imitación.

Muchas de las cosas del mundo son engañosas e ilusorias, prometen lo que no pueden cumplir, ofrecen una paz imaginaria y una felicidad inalcanzable. Fijemos los pensamientos en cosas que no fallen, que no son temporales, sino eternas y verdaderas.

Falso, «kapeleuo», significa ser vendedor al por menor, dedicarse a la reventa, conseguir ganancias deshonestas comerciando con cualquier cosa, en pos de una sórdida ventaja personal. Lo falso involucra una actuación engañosa en la adulteración de la palabra de verdad a fin de conseguir un beneficio deshonesto.

Pues no somos como muchos, que medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablamos en Cristo.
2 Corintios 2:17 RVR1960

Nosotros no andamos negociando con el mensaje de Dios, como hacen muchos; al contrario, hablamos con sinceridad delante de Dios, como enviados suyos que somos y por nuestra unión con Cristo.
2 Corintios 2:17 DHH

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