119. Nadie dijo que fuera fácil ser princesa...

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Pero ustedes son linaje escogido, real sacerdocio, nación santa, pueblo que pertenece a Dios, para que proclamen las obras maravillosas de aquel que los llamó de las tinieblas a su luz admirable.
1 Pedro 2:9 NVI

Cuando de niños fantaseábamos con ser un príncipe o una princesa, lo primero que se nos venía a la mente era la corona, los vestidos, la fortuna y todas las comodidades propias de vivir en un castillo, incluso con gente a nuestro servicio, aún para facilitarnos las tareas cotidianos.  Pero no nos detenemos  a pensar en las obligaciones y responsabilidades que conlleva ser parte de una familia real. De igual manera, los hijos de Dios, a veces, pensamos mucho en las bendiciones, pero no queremos ni hablar de las palabras “Responsabilidades o Pruebas”.

y que Él te pondrá en alto sobre todas las naciones que ha hecho, para alabanza, renombre y honor; y serás un pueblo consagrado al Señor tu Dios, como Él ha dicho."
Deuteronomio 26:19 NBLH

Ser príncipe implica estar a la vista de todos, en un lugar alto, de privilegio, con mucha exposición. Nosotros, como hijos de Dios, también somos príncipes y es nuestra responsabilidad representar a nuestro Padre delante de todos, por lo cual es muy importante nuestro buen testimonio, debemos actuar con la dignidad que ese puesto requiere. Ahora cuando hablamos de un príncipe de Dios esto implica aún  más responsabilidades, porque el llamado es el de ¡parecerse a su Rey!

Tú fuiste separado como pueblo santo para el Señor tu Dios, y él te eligió entre todas las naciones del mundo, para que seas su tesoro especial.
Deuteronomio 14:2 NTV

Por su parte, hoy mismo el Señor ha declarado que tú eres su pueblo, su posesión preciosa, tal como lo prometió. Obedece, pues, todos sus mandamientos.
Deuteronomio 26:18 NVI

El hecho de ser príncipe, no lo exime del cumplimiento de las leyes vigentes en su reino,de la misma manera, los cristianos estamos llamados a ser Santos, apartados del mal, y a obedecer la ley de Dios y su palabra, a pesar de que estemos pasando por pruebas ¡Por eso una princesa o un príncipe de Dios, tiene que esforzarse y ser muy valiente! Dios te escogió, Él sabe quién eres, y que puedes.

¡Despierta, oh Sión, despierta! Vístete de fuerza. Ponte tus ropas hermosas, oh ciudad santa de Jerusalén, porque ya no volverá a entrar por tus puertas la gente impura que no teme a Dios.
Isaías 52:1 NTV

Si todavía no has estado cumpliendo con tus obligaciones y responsabilidades que demanda ser un príncipe de Dios ¡Levántate! No eres cualquier persona, eres de la realeza ¡Vístete de poder como el príncipe que eres! Da el ejemplo y más si estas pasando problemas ¡No te rindas! Dios te confió ese cargo por amor, y si lo haces bien ¡Te aseguro que pronto disfrutaras de los beneficios!

¡No permitas que los problemas te hagan dudar de quién eres en Cristo!

Por: Shirley Chambi.

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