90. ¿Qué necesitas?

105 13 10
                                    

Pero aquellos que pasen necesidad no quedarán olvidados para siempre; las esperanzas del pobre no siempre serán aplastadas.
Salmos 9:18 NTV

Cuando el ser humano piensa que Dios está tardando en responder, es generalmente porque no llegó al estado de necesidad espiritual que lo lleva a aceptar la intervención divina en su vida.

Aquella noche en el mar de Galilea, los discípulos lucharon con las olas y el viento contrario, mientras tuvieron fuerzas. Eran pescadores, acostumbrados a las tempestades y tormentas, ¿para qué pedir ayuda si ellos podían resolver el problema por sí mismos?, pero cuando ya no tenían más fuerzas, cuando el orgullo y la suficiencia humana había desaparecido, se sintieron “necesitados”, entonces apareció Jesús sobre las aguas para socorrerlos.

Es lo mismo que sucede con la mayoría de nosotros, porque en determinadas áreas de nuestras vidas, creemos ser autosuficientes pero la realidad es otra, porque nos damos cuenta que sin Dios no somos nada y si no fuera por su socorro y ayuda oportuna posiblemente este día no estaríamos donde estamos y no seríamos lo que somos.

Sentirse necesitado no es un asunto de palabras ni de lágrimas, es una actitud del corazón. Es lo que tú y yo necesitamos aprender diariamente.

Nadie acepta la intervención de otro si no se siente necesitado.

¿Cuál eres tú? ¿En qué grupo te ubicas, de los que reconocen la dependencia de Dios, ya que sin Él, nada somos ni podemos? O por el contrario, ¿tiendes a querer resolver a tu manera y con tus fuerzas, con cierta actitud autosuficiente?

Por: Brisna Bustamante S.

Amor, Fuego y Poder Donde viven las historias. Descúbrelo ahora