|Especial| 60. Dar a conocer la cultura del Reino.

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Serie: Cultura de Reino


Convencidos que el Reino es la creación misma, la sustentación de esa creación y la redención de esa creación, nuestra tarea tiene como clave hermenéutica imprescindible, el Reino de Dios.

La perspectiva del Reino de Dios es sagrada, por lo cual no se puede caer en confundir lo espiritual con lo material, sin saber si una cosa es más importante que la otra. El servicio, es un compromiso radical para caminar con Jesucristo, su aplicabilidad se vuelve viva en el entendido que el Reino de Dios, con sus implicaciones de verdad y solidaridad nos lleva a compromisos en la vida cotidiana. ¿Qué significa esto? Si el discipulado del reino tiene como objeto teórico y práctico la vivencia real del reinado de Dios, entonces, el testimonio cristiano tendrá su razón de ser y se justificará siempre en cualquier cultura, en cualquier espacio, en todo tiempo y en todo lugar.

Nuestro testimonio de vida, tendrá una razón de ser, porque el Reino de Dios va a permear todas las estructuras, culturas y valores. Y al permear más allá de las estructuras y culturas, entonces la cultura del Reino va también más allá de las percepciones filosóficas, teológicas y políticas, y su efecto, al tiempo que es inminente, se vuelve sensible y sensato.

La contracultura del Reino se interpreta como un estilo de vida, derivado de toda una conceptualización y vivencia a la luz del Reino de Dios. Un compromiso, que se reconoce en la soberanía absoluta de Dios. Es así, que la vivencia de los valores y principios del Reino llegan a contrastar en muchos casos, con los valores culturales y se convierte entonces, en una especie de contracultura.

El Evangelio del Reino, en lugar de rendir culto a una cultura, confronta esa cultura, y a la vez, establece elementos, principios y propuestas que transforman esa cultura. La declaración de Cristo fue: “oíste que fue dicho, pero yo os digo”.

La forma de vida del Reino, no puede ser continuidad de una determinada cultura de este mundo, pero sí puede, en algunos momentos, ser desestabilizadora de los elementos culturales y hasta de los anti valores del sistema. Pero en esencia, el pensamiento del Reino es una forma de vida marcada por los parámetros y desafíos que el mismo Rey establece.

Habrá seguramente, otros estilos de vida marcados por otros reinos, pero este proceso formativo e integral, que implica una determinación radical de someterse a las demandas de Jesucristo, a su señorío en la totalidad de la vida, es un compromiso de vida, marcado por el Dios del Reino y que debe ser expresado de manera conceptual, teórica y vivencialmente práctico.

El hombre bueno, del buen tesoro del corazón saca buenas cosas; y el hombre malo, del mal tesoro saca malas cosas. Mas yo os digo que de toda palabra ociosa que hablen los hombres, de ella darán cuenta en el día del juicio. Porque por tus palabras serás justificado, y por tus palabras serás condenado.
S. Mateo 12:35‭-‬37 RVR1960

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