|Especial| 127. Piensa en todo lo amable.

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Serie: Piensa en Cristo.

La traducción más exacta de la palabra «amable», si le damos su sentido original es «digno de ser amado». Hay algunos que tienen la mente tan concentrada en el castigo y la venganza, que no provocan más que amargura y miedo en otros. 

Otros tienen la mente tan programada para la crítica, el pleito y la burla, que no provocan más que resentimientos en los demás. La mente del cristiano se concentra en cosas amables tales como simpatía, tolerancia y comprensión, al grado que para los demás, sólo basta verla para quererla.

Amable, viene del griego «prosfiles», una palabra compuesta, («pros», hacia; «fileo», amar, es decir, amor hacia). Así que, amable significa placentero, agradable, aceptable, bondadoso, generoso, apropiado, ajustado, de ahí equitativo, justo, moderado, paciente y que inspira amor.

Por lo tanto, es lo opuesto a ser pendenciero; pero está asociado con mansedumbre, lo bueno, la gentileza y lo afable. Mansedumbre es, aquella disposición de espíritu con la que aceptamos los tratos de Dios con nosotros como buenos, sin discutirlos, ni resistirlos. 

La mansedumbre fruto de pensar en todo lo amable, es también ante los hombres, incluso ante los malos, estar conscientes que con todos los insultos y malos tratos que puedan darnos, son permitidos y usados por Dios para la disciplina y purificación de sus hijos, como sucedió con José. 

La mansedumbre, también se asocia con dominio propio o templanza, y quiere decir «contenerse». Los atletas deben contenerse y disciplinarse a sí mismos. El cristiano también debe controlar, por iniciativa propia la carne, las pasiones y los deseos corporales, antes de ser controlados por ellos. Sin embargo, para el uso correcto del dominio propio, se demanda rendir la voluntad a las operaciones del Espíritu Santo.

En términos más sencillos, amable es ser afable, agradable, benévolo, cordial, cortés, risueño, sociable, tratable, afectuoso, atento, cariñoso, sencillo, simpático, gentil, considerado, respetuoso, servicial, solícito. Lo opuesto de ser amable, es ser grosero, rudo, antipático, desagradable, insociable, malhumorado, sarcástico, agrio, hostil, cerrado, huraño. 

Pensar en todo lo amable, es necesario para demostrar una buena conducta, instrucción y la corrección espiritual, restauración de un hermano, cumplir nuestro llamado, y definitivamente, hacer el bien a los demás.

Recuérdales que se sujeten a los gobernantes y autoridades, que obedezcan, que estén dispuestos a toda buena obra. Que a nadie difamen, que no sean pendencieros, sino amables, mostrando toda mansedumbre para con todos los hombres.
Tito 3:1‭-‬2 RVR1960

Porque el siervo del Señor no debe ser contencioso, sino amable para con todos, apto para enseñar, sufrido; que con mansedumbre corrija a los que se oponen, por si quizá Dios les conceda que se arrepientan para conocer la verdad,
2 Timoteo 2:24‭-‬25 RVR1960

Hermanos, si alguno fuere sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú también seas tentado.
Gálatas 6:1 RVR1960

Yo pues, preso en el Señor, os ruego que andéis como es digno de la vocación con que fuisteis llamados, con toda humildad y mansedumbre, soportándoos con paciencia los unos a los otros en amor,
Efesios 4:1‭-‬2 RVR1960

Ninguno busque su propio bien, sino el del otro.
1 Corintios 10:24 RVR1960

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