40. ¿Listo para escuchar tus errores?

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¿Y por qué miras la paja que está en el ojo de tu hermano, y no echas de ver la viga que está en tu propio ojo?
S. Mateo 7:3 RVR1960

Hace algunos días, tuve un desacuerdo con mi esposo, sencillamente él no estaba de acuerdo con la forma en que yo venía reaccionando y definitivamente no era de mi agrado las actitudes que él venía teniendo, así que con alardes de mujer sabia le hice una propuesta; “Vamos a hacer una lista de aquellas cosas que nos molestan del otro y vamos a evaluar una por una”.

La verdad es que me fue muy fácil escribir mi lista, las ideas me fluían con gran facilidad pero lo que no me resulto fácil fue escuchar que el también tenía algunos puntos y que en realidad eran muy validos. Confieso que me quedé fría, en realidad no me había preparado para escuchar mis fallas y mucho menos lo mucho que estaban afectando a mi esposo.

Una vez él terminó de decírmelas tuve que pedir perdón y de corazón buscar una estrategia para corregir aquellas deficiencias, pero curiosamente mientras él hablaba, muchos de los puntos “en su contra” que con tanta convicción había escrito, ahora estaban siendo tachados, ya que algunos de ellos, eran cosas que yo también estaba haciendo.

Yo creo que a esto se refería Jesús, Él sabe lo fácil que nos resulta hallar las fallas en los demás, sencillamente saltan a la vista, pero qué tan difícil es reconocer nuestros propios errores, Dios no nos está pidiendo que ignoremos las falencias de quienes nos rodean, lo que nos está pidiendo es que no ignoremos las nuestras, y debido a que es un tanto complicado reconocerlas, debemos esforzarnos en mirarnos a nosotros mismos e identificar que parte del problema puede ser nuestra culpa.

Aprendamos del rey David quien honestamente le pedía a Dios que le examinara y le revelara lo que realmente había en su corazón.

Examíname, oh Dios, y conoce mi corazón; Pruébame y conoce mis pensamientos;  Y ve si hay en mí camino de perversidad, Y guíame en el camino eterno.
Salmos 139:23‭-‬24 RVR1960

Aprendamos a mirar nuestros propios errores, nuestras propias falencias, tengamos presentes que no somos seres sabelotodo y que también nos equivocamos. Estemos listos para reconocer nuestro error y para tomar acción y corregirlo.

Hoy es el día para quitar la viga que está en tu ojo, pídele a Dios que te examine.

Por: Dilean Canas.

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