Capitulo 2

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Cuando llego a mi casa, mi madre se encuentra cocinado. La comida de mi madre es la mejor del mundo y ella lo sabe y por eso cocina siempre, todo el día. Me acerco a ella y rápidamente me abraza.

—¿Cómo estuvo tu día cariño?— me pregunta y yo me separo de ella para sentarme sobre el mesón.

—Estuvo normal— le respondo y ella asiente.

—¿Simón? ¿Qué sucede que él ya no viene?— pregunta y yo suspiro.

—Estamos... Voy a terminar con él mamá. Solo necesito encontrar el momento adecuado, suele ponerse brusco.

—¿Te ha golpeado?— pregunta ella dejando de cocinar para mirarme.

—No, no lo ha hecho— respondo y llevo una mano a mi vientre.

Hablamos solo unas pocas palabras antes de que suene el timbre  y yo me ofreza a ir a abrir. Cuando abro me sorprendo al ver a Matteo justo frente a mí. Pues, hoy él no se ha mostrado con interés de hablar conmigo.

—Necesito que hablemos Luna— me dice él y yo asiento.

—Ven, vamos a mi cuarto— le digo y el asiente mientras me sigue.

Una vez dentro de mi cuarto cierro la puerta para que nadie nos moleste. Matteo se sienta en mi cama y toma sus manos sobre sus piernas antes fe mirarme.

—Yo, me estoy sintiendo una mierda Luna. He hecho lo peor que un amigo te puede hacer, me metí contigo, la novia de mi mejor amigo.

—¿Te arrepientes?— pregunto y él me mira un momento.

—Eso es lo peor de todo, no me arrepiento de haber estado contigo. Pero no me siento orgulloso, conozco a Simón desde... Desde pequeños.

—Simón ha cambiado, no el el mismo chico que tú has conocido y con quién creciste.

—Lose Losé. Pero es mi amigo y aunque él este siendo un idiota contigo, eres su novia.

—Voy a dejarlo— susurro y me siento a su lado en la cama.

—Deberías haberlo hecho hace tiempo Luna. Se nota que no se aman. Tú no lo amas, él no te valora.

—¿Saldrás con Ámbar esta noche?— pregunto y él suspira.

—¿Eso te importa?—Pregunta él y yo suspiro.

—Lo siento— digo y golpean la puerta. Me pongo de pie y camino hacia esta.

—Dijo mami que bajes a comer  con tu amigo— Dice Leo, mi hermano pequeño.

—¿Te quedas a comer?  Mi mamá no te dejará ir, de todos modos.

—No, no puedo— dice él poniéndose de pie— creo que sería bueno que dejaramos ... De hablarnos.

—¿No éramos amigos?— pregunto en un hilo de voz.

—Él es mi mejor amigo, no lo quiero perder Luna.

—¿A mi te da igual perderme o no? ¿A caso por no ser tu mejor amiga no te importo?

—Sabes que me importas, me importas más de lo que deberías importarme.

—Tienes una buena forma de demostrarlo. Da igual, sino quieres hablar más conmigo, no te obligaré. Vete ya de mi casa— digo antes de encerrarme en el baño.

Sweet [Lutteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora