Sweet [Lutteo]

Capitulo 82

En cuanto llego al hospital mi corazón ya está lo suficiente alterado como para que me agarre un ataque al corazón.

Llego a donde me están esperando mis suegros, la mamá de Luna se abraza a mi cuerpo casi sin poder dejarme respirar. Su llanto hace que el dolor en mi corazón sea aún más grande.

Esto es una jodida pesadilla de la que estoy queriendo despertar. No estar ni un segundo más. ¿Qué significado tiene la vida si no puedes estar con quien amas? Lamo mis labios tratando de reprimir mi sollozo.

─ Lo lamento. ─ Digo en un hilo de voz. Mi suegro niega con la cabeza y pone una mano sobre mi hombro. 

─ No es tu culpa hijo. Me enorgullecese que mi hija este contigo y no con un patán. 

─ ¿Han hablado con un doctor ya?. ─ Pregunto y su madre asiente. 

─ Dicen que se ha ido pero lograron traerla otra vez. Que ella esta haciendo un esfuerzo enorme en no irse. 

─ Quiero que esto termine. Que ella deje de sufrir.

Todos permanecemos en silencio, ellos se miran entre sí y parecen dudar en lo que van a decirme. Frunzo el ceño por no saber lo que esta pasando.

─ ¿Qué saben ustedes?. ─ Pregunto y su madre toma la mano de su padre. 

─ Nos han dado un porcentaje... y nos dijeron que se puede desconectar. 

─ No voy a permitir que la desconecte, díganme que ustedes tampoco lo han pensado. 

─ Hay muy pocas posibilidades de que salga y es mucho sufrimiento. 

─ ¡La matarán! ¡Matarán a su propia hija! No le darán la oportunidad de conocer a Alex, ella esta luchando. Ella quiere vivir. 

─ Si no despierta en dos días la desconectaran. 

─ Si ustedes firman esos papeles... prometo hacer que mi hijo no sepa de ustedes. ─ Digo furioso. La mama de Luna jadea y su padre me mira sorprendido.

No voy a dejar que la desconecten y espero que esa amenaza les haga cambiar de opinión. Camino hacia la habitación de ella y me siento a su lado. No tiene el anillo que le he dado, frunzo el ceño.

─ Amor, en casa nos esta esperando nuestro bebé. Es hermoso. Es nuestro. He sacado muchas fotos para cuando te despiertes las veamos. ¿Quieres escuchar su llanto?. ─ Pregunto y saco el teléfono de mi bolsillo. Abro la grabadora de voz y reproduzco el llanto de mi hijo. ─ Por más que intente lo mejor de mi. Él te necesita a ti, a su mamá.

Me quedo en silencio mientras que el llanto de nuestro hijo suena aún por la habitación. Lamo mis labios y acercándome a su rostro, deposito un pequeño beso en la comisura de sus labios.

─ Te amo Luna y no sabes cuánto lo hago. Te quiero aquí, de vuelta.

Miro la puerta que se abre y suelto un suspiro al ver a la madre de Luna. Tomo mi teléfono y apago el llanto de mi bebé.

─ ¿De verdad lo decías?. ─ Pregunta ella en un hilo de voz. 

─ Si, lo decía de verdad. ─ Le digo y vuelvo a mirar a mi novia. ─ Todo va a estar bien princesa. 

─ Nosotros sólo queremos lo mejor para mi hija. 

─ Yo solo quiero lo mejor para mi hijo y mi novia. Y lo mejor para Luna es conocer a ese ser que vivió dentro de su vientre tanto tiempo. Ella lo amó desde el segundo que se enteró. Ella merece conocerlo más que nadie.

Nadie dice nada por un momento. Mi celular suena así que deslizó el dedo por la pantalla y atiendo la llamada. Es Simón que quiere saber como esta mi novia. Cuando la llamada finaliza miro a la mamá de mi novia.