Capitulo 26

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Cuando las clases del día terminan, comienzo a caminar para irme a mi casa. No espero a Matteo porque él estaba hablando de algo con Simón.

Comienzo a sentir una pequeña molestia en mi vientre que con cada paso que doy se hace más fuerte. Me siento en un masetero y respiro hondo. El dolor no desaparece.

Marco el número de mi padre, pero él no me atiende. Suspiro y sigo masajeando mi pequeño vientre mientras vuelvo a intentarlo.

Cuando el dolor comienza a desaparecer de a poco, me asustó aún más. Marco el teléfono de Matteo.

─ Hey bonita ─ Dice el riendo. Respiro hondo.

─ Matteo ven a buscarme. Estoy sola y asustada.

─ ¿Que te sucedió Luna? ─ Pregunta el preocupado.

─ Me duele el vientre.

Me quedo sentada acariciando mi estómago aun asustada. Lágrimas corren por mis mejillas. Yo no quiero que algo le suceda a mi bebé.

Matteo baja de su auto y corre a donde yo estoy. Toma mi rostro entre sus manos y limpia mis lágrimas.

─ Todo está bien cariño ─ me dice mientras me ayuda a ponerme de pie.

Caminamos hasta su auto y el me ayuda a subir. Cuando él está arriba comienza conducir rumbo a la clínica.

Cuando llegamos a la clínica, los dolores quedaron atrás. No sé muy bien que le vamos a decir a la doctora. Pero siempre es preferible evitar lo que pueda pasar.

Media hora después, nos encuentran haciendo una ecografía, esas de las que ponen gel en tu vientre.

─ El bebé sigue aquí ─ Dice la doctora y yo suelto un suspiro de puro alivio.

─ ¿Entonces qué fue lo de ese dolor que tuvo? ─ Pregunta Matteo preocupado.

─ Ella estaba caminando me dijeron. Capaz estaba respirando mal. No le ha pasado nada al bebé. Pero si quieren, puedes hacer reposo... Un día.

─ ¿Mi bebito está completamente bien? ─ Pregunto preocupada.

─ Un noventa y ocho por ciento. Ahora ve tu casa y descansa. Hace demasiado calor.

Cuando estamos yendo a mi casa en el auto de Matteo, él no dice nada. Por lo que yo me dedico a mirarlo.

Él me devuelve la mirada cuando estamos en el semáforo.

─ Te noto extraño ─ Le digo y asiente. Muerde su labio y suspira.

─ Me siento... Mal por algo que he hecho ─ Me dice y yo frunzo el ceño.

─ ¿Por el bebé? ─ Pregunto y niega con la cabeza.

─ No se trata del bebé. Sé que nosotros no somos nada más que amigos ─ Me dice y algo dentro de mí se remueve.

─ Lo sé ─ Le digo y él bufa.

─ Me he besado con Emilia ─ Suelta y yo lo miro un momento. Luego dirijo mi mirada hacia la ventana.

─ Vaya, si no mal recuerdo me has dicho que ella no era tu tipo.

Él no dice nada, estaciona el auto frente a mi casa y lo miro. Besó su mejilla y bajo rápidamente.

─ Gracias por haberme llevado al hospital. Estaba muy asustada.

─ No me agradezcas. Es mi hijo también.

─ Adiós ─ Le digo mientras comienzo a caminar hacia mi casa, aún con la presión en mi pecho.

Cuando entro a mi casa, camino a donde mi mama esta y la abrazo.

No puedo estar enamorándome de Matteo.

Aun así, lloro en sus brazos y mi mamá comienza a preguntarme muchas cosas. Pero no le respondo. Solo me dedico a llorar.





Maratón 4/4

Sweet [Lutteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora