Sweet [Lutteo]

Capitulo 3

─ Hola─ dice Simón a mi lado. Yo le sonrio y me siento al lado de Nina.

Miro a mi alrededor en busca de Matteo, pero no lo encuentro y bufo.

─ ¿Y ese bufido? ─ dice Nina mirándome.

─ Me he acordado que no traje la tarea de literatura, mejor iré a hacerla ahora.

Mientras como una manzana, escribo en mi libreta de tarea, después de todo, no era una mentira.

Siento unas pisadas y alzo mi mirada para encontrarme a Ámbar. Bufo al verla y vuelvo a escribir.

─ ¿Sabes? El asiento trasero del auto de Simón es cómodo.

─ ¿Qué? ─ pregunto sorprendida.

─ Eso, el asiento del auto de tu novio es muy cómodo. Puedes preguntarle a Delfina o a Jasmín, tuvieron el placer de probarlo ya─ dice y se va caminando.

Me pongo de pie y recojo mis cosas antes de caminar fuera del salón. Todos me miran y entiendo todo. Simón ha estado con Ámbar. Simón ha estado con Delfina y nuevamente, Simón ha estado con Jasmín y eso se acaba de enterar el colegio.

Siento mis ojos humedecerse y lágrimas caer por mis mejillas. No lloro de dolor, de dolor porque él me haya engañado. Si no de vergüenza.

Siento unos brazos fuertes rodearme y caminar conmigo fuera del patio. Miro al chico y bufo al ver a Matteo.

─ Me enteré de lo de Ámbar y Simón─ dijo y yo me encojo de hombros.

─ ¿Quién te lo ha dicho? ─ pregunto y él suspira.

─ Simón lo estaba contando. Gastón se puso furioso y lo golpeó en la cara.

─ ¿Sabías sobre Delfina y Jasmín? ─ pregunto pero él niega.

─ ¿Te enoja que te haya engañado? ─ pregunta un tanto incrédulo.

─ ¿Si me enoja? Me duele que se lo haya contado a todos. Me duele que sea con Ámbar, me duele.

─ Piensa que a él le dolerá saber que su mejor amigo se acostó con su novia.

─ ¿Estás defendiéndolo? Yo no he estado contándolo para que él quede como un idiota.

─ No lo defiendo, solo no puedo evitar pensar en eso, no me culpes. Cometí el peor error de mi vida ─ dice y yo trago saliva.

─ Así que ahora soy el peor error de tu vida, lo siento ─ digo poniéndome de pie y caminando de él.

Voy hacia el campo de deportes, un lugar que nadie suele ir a estas horas además del equipo.

Pongo mi mano abierta en mi vientre y suspiro. Es toda una locura. No entiendo como fuimos a parar así.

─ Perdón bebé─ susurro solo para mi hijo mientras lágrimas rodean mis mejillas.