Capitulo 76

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Caminamos por la calle, con nuestras manos entrelazadas. Hace mucho frío por lo que decidimos meternos en una cafetería. Observó el lugar, se encuentra con poca gente pero noto rostros conocidos. Como el de Ámbar y Simón.

Esta saluda a Matteo con su mano y le sonríe. Frunzo el ceño. No me gusta que estén siendo tan cercanos. Pero al menos, Ámbar no es Emilia. Ámbar no busca quedar embarazada, ella ya está embarazada de mi ex novio aunque lo prefiero así, quiero a mi novio únicamente para mi.

─ Vayamos a saludar ─ Me dice Matteo y yo señalo el mostrador. 

─ Mejor iré a pedir ¿Que quieres tomar? ─ Pregunto mirándolo. Él suelta mi mano algo molesto.

Me siento inmediatamente mal por no pensar en el. Desde que paso lo de Ámbar, cómo que Matteo y Simón han vuelto a hablarse bien y creo que tienen oportunidad de volver a ser amigos. Y ahí estoy yo, tratando que eso no suceda. Tratando de mantener alejado a mi novio de ellos.

─ Puedes ir tu ─ Susurro y el camina al mostrador. Me acerco a él y depósito un beso en su brazo. No me mira ─ Vamos, por favor Matteo no me hagas sentir así ─ Le pido.

─ No te hago sentir nada Luna Valente. Sólo dime que tomarás. 

─  Ya no quiero tomar nada ─ Digo dolida. Él suspira y me mira fijamente. 

─ Luna, se que estas embarazada y las hormonas acabarán conmigo. Necesito cooperación, ¿Vale? 

─ Vamos a saludarlos ─ Le digo y niega con la cabeza. 

─ Pidamos lo que vamos a consumir. 

─ ¿Me perdonas por ser terriblemente insoportable?─ pregunto temerosa. Bufa y mira a la chica que esta esperando para que pidamos, pero no me importa. Necesito saber que estamos bien.

─ No hay nada que perdonar, no hay nada que perdonar, apresúrate.

Suelto un sollozo y pasa una mano por su rostro nuevamente. Me envuelve en sus brazos y besa mi cabello.

─ Vamos, nena. Mira quien entró ─ dice y yo volteó a ver. La chica que intenta ligar con mi novio ha aparecido y parece muy feliz de verlo ─ Todo esta bien linda, te amo si eso es lo que te asusta. 

─ ¿Lo sigues haciendo? ─ Pregunto sorprendida. 

─ ¡Claro que si!. ─ Exclama él. 

─ ¿Aunque sea celosa y te quiera sólo para mi? 

─ Si, aunque me den ganas de ahorcarte a veces. 

─ ¿Seguro? ─ Pregunto y me regala una sonrisa.  

─Si, debería estar loco para dejar de amarte. Estas pequeñas cosas no lo harían. Nuestro amor es fuerte. Somos más que dos personas jóvenes amándose. 

─ ¿Lo prometes?. ─ Susurro y él asiente. 

─ Te lo prometo, mi Lu. Siempre tú, yo y Alex. 

─ Sin ninguna zorra ─ Digo mirando a Fernanda acercarse sonriendo. 

─ Sin ninguna zorra ni ningún zorro ─ Me dice y yo asiento. 

─ ¿Ya decidieron? ─ Dice la cajera sonrojada. Yo me sonrojo y Matteo ríe. 

─ Quiero un café expresó y un Frapucchino de dulce de Leche ─ Pide mi novio mirándome. 

─ Vale ─ Dice la chica, Matteo le pasa su tarjeta. Se sobresalta y me mira. Veo a nuestra querida vecina a su lado y me doy cuenta que le ha tocado el trasero ─ Se lo llevarán a la mesa.

Tomo la mano de mi novio y camino hacia la mesa donde están Ámbar y Simón, debo pensar mas en mi novio y menos en mi. Miro a Ámbar. O ella esta demasiado delgada o yo estoy demasiado grande porque nuestros bebés tienen casi lo mismo.

─ Hola Matteo ─ Dice ella sonriendo. Se pone de pie con cuidado y le da un abrazo luego hace algo tímida la misma acción conmigo. Ella se sienta y la observo. Su cabello es más oscuro y se encuentra mas corto. Su rostro no lleva casi nada de maquillaje. Es sorprendente verla así, nunca me lo he imaginado. Parece otra persona,

─ Hola Luna.─ me dice Simón y deposita un beso en mi mejilla. Luego le da un pequeño abrazo a Matteo. Respiro hondo, siento una mano sobre la mía, miro y es Ámbar que me sonríe con... ternura.

Cuando los dos hombres se alejan Matteo toma ni mano y me sonríe. Paso un brazo por su cintura y me acomodo contra su cuerpo.

─ ¿Se sientan con nosotros? ─ Pregunta Ámbar sonriendo. Matteo me mira esperando una respuesta. Asiento y él me besa la frente. 

─ Que genial, Simón decía que le hubiese gustado que muchas cosas hayan sido diferentes ─ Dice ella y yo la miró. Siento una mano en mi rodilla y miró a Matteo que besa mi mejilla. Miro su mano sobre mi pierna. 

─ ¿Cómo que cosas? ─ Pregunta Matteo. 

─ Haber sido más respetuoso con Luna, no he sido un buen novio y temo volver a fallar. 

─ Se dice que los hijos cambian a las personas y nos hacen querer ser una versión mejorada de nosotros mismos para hacerlos felices ─ Dice mi novio y yo lo miro ─ El pasado no se puede cambiar, ya está escrito. Pero tú decides como escribir el futuro y el presente, que jugadas harás. Los errores se cometen y es tu forma de aprender. Ahora ya sabes lo que no debes hacer, no lo hagas. 

─ Eso espero... de verdad quiero lo mejor para mi nueva familia. Y se que esto es muy hipócrita... Pero quiero que seas mi amigo, puedo aceptar que no valore a Luna y por eso ella busco algo mejor... pero se me complica la parte donde mi hermano de toda la vida, él único que siempre estuvo realmente para mi no forme parte de esta etapa. Igualmente contigo, yo debería estar feliz de tu hijo y siendo su padrino. 

─ Vaya, eso no esperaba ─ Susurro y nuestra orden llega, la chica mira a Simón y a Matteo y luego se retira. 

─ Zorra ─ Dice Ámbar y yo río. 

─ ¿Podemos volver a lo de antes? Pero invertimos a las chicas. 

─ Ámbar nunca ha sido mi chica, éramos amigos. 

─ ¿Lo intentamos? ─ Pregunta y yo miró a Matteo. Él me mira a mi, todos me miran a mi. 

─ ¡Joder no debes pedirme permiso! Tu decides, Matteo. Yo estaré bien mientras tu seas feliz. 

─ Bien, me parece que lo nuestro puede volver ─ Dice sonriendo. Llevo la mano a mi vientre donde mi hijo comienza a realizar acto de presencia. 

─ ¿Qué será su bebé? ─ Pregunta Ámbar viendo mi vientre. 

─ Niño, se llamará Alex ─  dice mi novio. 

─ Oh, podría ser el novio de Zoey. Que bello, ¿Se imaginan? 

─ No, no quiero imaginarlo ─ Dice Simón y yo río. 

─ Mi hijo será super guapo ─ Dice Matteo ─ Sólo debes ver a sus padres, mejor que cuides a tu hija. Al menos él a los quince le enseñaré a usar condón. 

─ Joder, no. ─ Dice Simón algo molesto ─ Estas hablando de mi hija. 

─ Lo se, a mi hijo le encantará. Me imagino tu cara cuando tú hija diga "papi, Alex y yo seremos padres".

Sweet [Lutteo]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora