Carnid: El inicio de su historia ©

Enid

Mi hermanita jugaba con las latas de comida. Mi madre charlaba con mi padre. Y yo limpiaba mis botas. Adoraba esas botas. Eran cool y cómodas. 

Nos encontrábamos en la cima de un cerro. Solos. Sola con mi familia. Con mi madre, mi padre y Caty, mi hermanita. A pesar de que mi madre le rogó a mi padre que vayamos con la comunidad de sobrevivientes de Atlanta, mi padre se negó. Dijo que suficiente problemas había en el mundo como para que ellos vayan a socializar con gente desconocida.  

Estábamos en un apocalipsis. Si el mundo fue devastado por caminantes y ... eso. A mi me daba igual. Osea al principio me preocupe, de estar quejándome porque mi padre no me había comprado el nuevo libro de James Dasnher, pase a preocuparme por mis amigos, familiares y mi... ejem... novio. Pero no sabia nada de ellos, no sabia si estaban vivos o que. Mínimo estaba con mi familia y eso era importante. Igual creo que el mundo se va a arreglar, tal vez no ahora, pero todo volverá a la realidad. Tengo 11 años y me llamo Enid. Y no se que hacer de mi vida. Me hubiera gustado interactuar con los sobrevivientes pero cuando mi padre decía algo...

Mi padre es militar o algo así. Nunca le entendí en que se especializaba pero cuando me lo explico  era de noche, en la cena. Y preferí comer antes que escuchar la historia de su vida. Ahora que lo pienso elegí bien. Si me hubieran avisado que era el fin del mundo me hubiera llevado mis chocolates y mis libros, y mi reproductor de música. Pero así es la vida larga y aburrida, hasta que morimos. Aunque no me gusta hablar de la muerte, no le encuentro el sentido. No deberíamos existir si luego nos vamos.

Mi padre nos protegía a mi mama, a mi y a mi hermanita. Para el nosotras eramos todo. Nunca se puso feliz con la idea de que yo cargara un arma. Así que solo puedo tocar una cuando hay unos caminantes alrededor de la tienda.  Habia una tienda abajo del cerro. Así que todas las mañanas íbamos a buscar comida. Como teniamos mucha comida y de beber, la intercambiábamos a un tipo(lo llamo así porque ni idea de su nombre) por armas. El tipo tenia armas pero no comida. Y en una tienda hay ropa, comida pero ni una sola arma. Así que negociamos y el tipo nos da arma, cada 2 semanas. Que buen tipo, aun que ni idea de donde saca tantas municiones. Ese tipo es un misterio. Me cae bien el tipo.

- Enid, vamos. Acompáñame. Hoy es día de negociar.- dijo mi madre. Levante la mirada aburrida. Que divertido...