Una lapicera de más

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Era alto, tenía pelo castaño, cejas muy gruesas y los labios mas carnosos que pudieran existir, sus ojos eran verdosos y la mayoría de sus intenciones eran no llegar nunca a clase.

-¿Y este? Comentó en tono despectivo.

-Lo mandaron para acá, es del grupito de adelante.- Dijo Ximena mientras se pintaba las pestañas.

-Ahhhhh es de los nenes de mamá que hacen la tarea.- Agregó Lucas mientras se sentaba.

Equim pensó que entre ellos dos era un bicho raro mientras la profesora hablaba. El resto de la clase no hizo otra cosa que querer concentrarse pero el hormigueo le decía que se concentre mejor en mirar hacia atrás.

-Saquen una hoja y una lapicera, voy dictar.- gritó la profesora.

-Esta materia de mierda.- Se quejó Lucas en voz baja mientras revolvía su cartuchera.

-¿Alguien tiene una lapicera de más?- Preguntó con su voz ronca.

Sin pensarlo Equim dio media vuelta, con los cachetes rojos y mirándolo le dijo:

-¿Esta de color azul te sirve?- y temblaba.

-Que piola, si.- sonrió Lucas.

Pero en realidad no había una lapicera de más, solo la sensación que tenía Equim de observar cada facción de su cara y de cómo el olor del perfume barato del compañero nuevo le hacía sentir.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora