*Narra Equim*
Era Lucas y su grupo. Sentí subir una tropa de ansiedad sobre mi cuerpo.
-Vamos Sebastian.- Le dije mientras agarraba su mano.
-¿Venis en patota?- Se levantó furioso él y miró al morocho.
Lucas puso sus ojos sobre mí y se notaba sorprendido.
-¿Estás seguro que es este el que te bardeo en el boliche Maxi?- Le Preguntó al morocho mirándome a mí.
-Este no, el Sebastian me bardeo.- Respondió.
-Estas con un putito barato Sebastian Denver.- Le dijo Lucas en todo de burla a Sebastian.
-Vamos por favor.- Le dije con mucho miedo.
-¿Que decis? ¿Actúan en patota? No sé la bancan.-
Sebastian empujó a Maxi mientras yo agarraba su remera. Maxi le pegó una piña que Sebastian esquivó.
-¡Quedate ahí atrás! -Me gritó Sebastian mientras Lucas caminaba hacia mi riéndose.
-¿Que querés enfermo? ¿Tenías todo esto planificado?- Le dije furioso mientras nadie separaba la pelea. Los amigo de Lucas arengaban por Maxi, Tavo no estaba, seguro él hubiera sabido cómo calmar la situación.
-Shhh, tranquilo bebé, los chicos se las están arreglando. ¿Te cojes al chetito este? A mí dejaste hacértelo una vez.- Me dijo burlándose.
Me acorraló contra el banco y solo pude gritar ;
¡Soltame enfermo! Vi a Sebastian pegarle en la nuca con toda su cara llena de sangre y comenzamos a correr.
-¡¡¡Te vamos a encontrar!!! ¡¡¡Trolo de mierda!!! Gritó Maxi.La camisa color blanca de Sebastian ahora estaba con manchas rojas. Llegamos a su casa en menos de cinco minutos, no me detuve a pensar en qué Sebastian estaba ebrio solo sentí una gran culpa de verlo así.
-¿Tenes algún botiquín de primeros auxilios por acá?- Pregunté entrando al baño.
-Me voy a lavar la cara.- Me Respondió Sebastian mirándose al espejo y cerrando la puerta.
-Nonono, espera, puede ser que el agua caliente empeore las heridas.- Le dije cuando encontré la caja con alcohol y un par de paños de algodón.Su nariz estaba rota y uno de sus ojos color café estaba con un moretón. Su mirada penetrante me ponía nervioso.
-Me encanta como te mojas la boca con saliba.-Me dijo mientras ponía una curita en su nariz.
-Podrías haber evitado todo esto si no contestabas Sebastian.- Le dije enojado.
-Perdón, te hice pasar una noche de mierda. A esos villeros los tengo registrados ya.- Me respondió sin ánimos de calmar las aguas.
-No te voy a perdonar si pensas en tomar revancha. Es innecesario, vos sabés que te buscan para después exponerte.- Comenté mientras mojaba su cara con un trapo y desprendía su camisa.
-¿Quién era el flaco ese que no dejaba de mirarte y después te quiso besar en el asiento de la plaza?- Me Preguntó Sebastian y yo solo miré la pared.
-Es largo, no quiero hablar de eso. Esta sangre seguro sale de la camisa.- Contesté angustiado.
-¿O sea que lo conoces? ¿Nos bardearon porque vos conoces al flaco alto ese?- Insistió Sebastian.
-Va a ser mejor que me vaya y que vos te acuestes.- Le dije y le di un beso en la mejilla.
-Nono, ¿otra vez te vas a ir? ¿Vos estás de novio y no me dijiste nada?- Me dijo parándose en la puerta del baño y evitando que salga.
-Ay no, por favor
Sebastian necesito irme, estoy cansado y tus preguntas están atormentadome.- Respondí mirándolo a los ojos.
-No entiendo porqué haces esto, estás con otro y estás conmigo, me ignoras, te queres ir, ¿de qué escapas cuando estás conmigo? - Me dijo parándose en frente mío y tomándome por la cintura.
-Del amor.- Le dije y salí por la puerta.
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2:30 am (parte I)
Novela JuvenilSi hay una brisa que me dice que tenga esperanzas, no soy un chico que disfrute de lo que se parece a todo. He oído decir que cada uno escucha lo que quiere escuchar. ¿Por qué yo siempre escuché lo que me obligaron? Siempre hasta que un día la angus...