Yo no tengo miedo.

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*Narra Equim*

Eran las 2:00am y no podía conciliar el sueño. Miraba mi celular, pensaba en que pronto cumpliría 14, en qué mi año escolar estaba cerca, en Lucas, le deseaba la muerte, también deseaba que Sebastian hubiese estado cuando Lucas era una parte dañina para mí. Sus palabras, anque parecían asustadas, me calmaban y me hacían creer en las cosas que había dejado de creer.
Imaginé cómo sería mi vida perfecta antes de cerrar los ojos, después de un par de cabezasos con mis sueños, me levanté a cerrar la ventana que daba al balcón y vi un auto color champagne, acerqué mi mirada, mi corazón se encendió de latidos fuertes y rápidos y escuché mi celular sonar.

-¿Podés salir afuera?- Escuché la voz de Sebastian del otro lado.
-Eh, ¡si! ,espera, estaba durmiendo, es un poco tarde, apaga las luces de tu auto.- Respondí sorprendido y asustado. Su voz sonaba rara, cómo ronca y cansada.

Busqué mi perfume favorito, me miré frente al espejo y elegí otro de los pantalones nuevos, me puse mis zapatillas rojas y peiné mi cabello.

-Hola, ¿Qué haces acá?- Le dije emocionado por dentro y enojado por fuera mientras notaba sus ojos achinados.
Estábamos en la vereda de mi casa y él solo me miraba.
-Yo.. este... pienso que...-Dijo él desviando sus ojos de los míos
-¿Qué pasa Sebastian?- pregunté notando que había tomado cerveza.
-Me parece que todo esto es un error, yo no quiero sentir esto que siento y no te quiero lastimar. La única manera que encuentro de poder salir de esto es diciéndotelo. Vos no mereces un chico que solo hace las cosas mal.- Me dijo borracho y mis ojos se llenaron de lágrimas.
Lo miré por un minuto, se me cayó una lágrima y después comencé a caminar hacia la esquina.
-Espera- me agarró la mano.
-No me toques y andate.- Le respondí sacando su mano fuertemente.
-Equim, vení.- Él empezó a caminar atrás mío con su perfume fuerte e intenso.
Caminé dos cuadras hasta un bosque que había cerca de casa, donde había árboles con una raíz grande. Solía ir ahí cuando todo estaba nublado en mi cabeza.
-¡Deja de seguirme Sebastian!- Le grité cuando lo ví cerca mío.
-Necesito que me entiendas, yo no quiero que esto termine pero te van a lastimar después que a mí.- Me dijo él mientras yo me sentaba en el árbol.
-No importa cuando, pero siempre todos nos lastimamos. A veces lo hacemos para defendernos de otros, otras veces de nosotros mismos. Toda tu belleza se ve pálida con esto, no te conozco tanto como dejar que te adueñes de mi corazón pero algo en vos hizo que estos días sean distintos. Yo no tengo miedo y no quiero vivir con el tuyo en mi pecho, ¿podés irte?- Le dije mientras él me quería abrazar.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora