Sin ropa aburrida y con actitud segura.

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*narra Equim*
Sebastian Denver me estaba invitando a salir ese sábado y mi cabeza ya no estaba en la realidad.
Salí corriendo a la casa de Sara y golpeé la puerta pero nadie atendió. Mis ganas de que entienda porque era ese fin de semana el cuál teníamos que salir al pub y no el próximo eran más fuertes y utilicé el método de entrar por la ventana a  su cuarto. Ahí estaba, haciéndose la dormida hasta que sus papás se duerman para salir por mismo lugar que había entrado yo e irse con Marcos.
-¿Equim que haces acá?-Dijo susurrando.
-Boluda, mañana tenemos que salir si o si, mentile a Marcos y decile que tenés que hacer algo importante. Tenés que bancarme.- Expliqué con entusiasmo.
-No entiendo porqué tanta necesidad de salir mañana tenés.-Respondió y en ese momento me agarró del brazo, me acostó a su lado y me tapó. Su papá estaba entrando al cuarto.
-Dormite pendeja que ya es tarde, te estoy escuchando que estás hablando por celular.- El padre de Sara habló desde la oscuridad de la puerta.
Sara no contestó nada e intentaba hacer que yo no explotara  de risa tapándome la boca.
-Ya se fue, esta re en pedo, salgamos por la ventana-Dijo mientras se cambiaba.
-Un chico quiere verme, nos va a hacer entrar gratis a Doncella y no puedo ir sin vos Sara, podemos decirle a Marcos que tenés que ir al campo con tus papás.- Convencí a mi amiga abrazándola sentados en  el cordón de mi casa.
-¿Que chico? ¿No estarás de nuevo con el pajero de Lucas,no?- Sara odiaba a Lucas. Le había contado hacía dos días por chat toda mi relación.
En una de esas noches que no podía dormir recordando todo el césped, las lágrimas en la bañera y los insultos de Lucas.
Esas noches en las que todo parece acabarte y retrotraerte a los lugares donde nunca pensamos llegar, situaciones que nunca supimos que existían porque, a veces, nos arriesgamos aún sabiendo que todo estuvo mal desde la primera sonrisa.
-Ay no nena, no llames a la desgracia.- Respondí con tono de superación.
-No te puedo decir quién es porque no sé si es algo, o es una ilusión, solo te puedo decir que te necesito.- Dije con mi tono más misterioso.
-No te ilusiones con nadie Equim, mírame a mí, le mandé un mensaje a Marcos hace dos horas y todavía no se donde está.- Sara tenía un celular que no daba más en golpes y maltratos por su mal funcionamiento, Sara lo puteaba para que responda, a Marcos también, por lo menos esa noche.
-¿Y que me puedo poner mañana? Tengo que llamar la atención, es mi primera salida, no tanta atención, la necesaria, hay que empezar de abajo.-Dije y Sara reía.
-Yo tengo un poco de plata ahorrada, para que compremos para tomar.- Respondió dejando de lado mi gran preocupación por como iba a hacer para que Sebastian me vea sin ropa aburrida y con actitud segura.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora