La cerveza sobre su pecho.

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*Narra Equim*

Su casa era enorme, estaba llena de detalles. La puerta de entrada venía acompañada de luces exteriores que hacían ver la entrada sofisticada como la presencia de Sebastian.
Entramos por la puerta principal que daba al living con  un sillón en forma de L y otros chiquitos acompañado, un gran televisor y a la derecha una puerta.

-¿Ese es el baño?- Le pregunté.
-Si, el de visitas, no sé si está tan limpio. Allá hay otro.- Me respondió señalando la cocina, que estaba después del comedor con una mesa amplia y sillas rústicas de madera.
-Voy a esperar un poco. Tenía curiosidad.-Sonreí tímido.
Pude notar que las habitaciones estaban separadas por un lado con un pasillo extenso con luces tenues.
La habitación de él no estaba junto con las demás.Se veía pasando el living, el comedor y la cocina.
-¿Querés un poco de jugo?- Me preguntó mientras él abría una cerveza fresca.
-De hecho no, quiero cerveza.-Le saqué de la mano su cerveza y con mis ojos una sonrisa.
-Tomas del pico, pensé que te daba asco.-Dijo mientras miraba mi boca cuando yo tomaba y se apoyó sobre la mesa de la cocina.
-Pareciera que me tenés un poco idealizado.- Respondí apoyando la cerveza sobre su pecho y mirándolo a los ojos.
-¿Qué chico de trece utiliza la palabra "idealizado"? Perdón, vos me haces imaginarte así.- Dijo Sebastian agarrándome una mano y llevándome hacia él.
Largué una carcajada y lo abracé, él también se reía. Dejó la cerveza sobre la mesa y con sus manos dió vuelta mi cuerpo y comenzó a besarme el cuello.
Todos los pelitos de lo más remoto de mi cuerpo sintieron los besos de Sebastian y mi cuerpo empezó a moverse hacia atrás, hacia el cuerpo de él que tocaba mí cara con un mano y con la otra desprendía mi bermuda verde oscura de gabardina.
Tomé su mano y la saqué de mi bragueta, me di vuelta y nos besamos. Pude sentir como Sebastian había bajado su pantalón y al mismo tiempo observé una luz que se prendió.
Me aparté y apoyé sobre la mesada de la cocina y comencé a reírme mientras él tenía cara de desconcierto y su pantalón bajo que me permitió ver su boxer apretado color azul.
-Se prendió una luz Sebas, ¿Qué pasa?- Pregunté caminando hacia el final de la cocina.
-Es el cuarto de mi hermano, no pasa nada. Vení me tomó la mano y caminamos hacia su habitación.

2:30 am (parte I)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora